Desde hace días, la dirección nacional venía filtrando que Cayetana Álvarez de Toledo no encontraría acomodo en la lista electoral del PP por Madrid "ni en ninguna otra". De hecho, a lo largo de toda la legislatura, se han multiplicado las críticas hacia la todavía diputada por parte de las cúpulas del partido en Génova y en el Congreso de los Diputados. Ella, muy vinculada a José María Aznar, iba por un lado y el partido, oficialmente, por otro.
Partiendo de esta base, la cúpula acogió su carta a Mariano Rajoy con cierto enfado, aunque se le quiso restar importancia. "Estos desahogos de última hora no sé si dejan bien a quien lo escribe", contestó Javier Maroto en Onda Cero. Según deslizó el vicesecretario general, ella podía "intuir" que no iba a formar parte de la candidatura. "No queda muy decoroso escribir eso", remató.
A pesar de la distancia, cada vez mayor, entre Álvarez de Toledo y la dirección, la diputada siguió cumpliendo con todos sus compromisos con el partido. Así, se la pudo ver en la última escuela de verano de la formación o participando en el mitin de cierre de campaña de las elecciones catalanas, que tuvo como gran protagonista al francés Nicolás Sarkozy.
Fue muy sonado internamente el rifirrafe que mantuvo con Soraya Sáenz de Santamaría, en los foros abiertos que organizó la nueva cúpula tras el batacazo electoral de las autonómicas y locales. "Hay que dar la batalla de las ideas", pidió Álvarez de Toledo a la vicepresidenta. Entonces, julio de este año, ya se daba por descontado que no formaría parte de una candidatura en la que, hace cuatro años, entró no sin recelos.
Por su parte, la que sí que repetirá será Sáenz de Santamaría, a la que todas las fuentes sitúan como número dos de la lista por Madrid, que es la que encabezará Mariano Rajoy.