Cuando las encuestas llevaban a Pablemos en volandas camino de La Moncloa llegó un momento en que se vio obligado a elaborar un programa electoral, algo que, desde luego, no formaba parte del plan original, que siempre fue "asaltar el cielo" desde los platós de Podemos TV (antes La Sexta).
El catálogo de ocurrencias destilado por los cerebros podemitas demostró inmediatamente que sus dirigentes no tienen ni la menor idea de cómo funciona la economía de un país. Anoche, Pablo Iglesias acreditó, además, que en todos estos meses no ha aprendido nada. Lo peor para su partido es que esta última demostración de indigencia intelectual la protagonizó frente a Albert Rivera, un político que, al contrario que Pablemos, sí sabe cómo funciona el mundo real y, además, tiene ideas claras sobre la manera de arreglar lo que no funciona sin destruir a un país entero para varias generaciones.
En el debate a dos organizado por Évole anoche en Podemos TV, Iglesias comenzó muy pronto a demostrar su ignorancia sobre las reformas económicas que necesita España para salir de la crisis. No es que tenga ideas equivocadas; es que no tiene ni idea, lo que resulta todavía más peligroso en un totalitario vocacional.
Frente a la propuesta de Ciudadanos de un contrato único Pablemos no supo qué ofrecer, más allá de una apelación genérica a que los que cobran poco deberían cobrar más. Rivera quería que concretara y hasta Évole volvió a ser por un momento el Follonero, para que el líder podemita explicara cuál es la reforma laboral que quiere para "este país". Todo fue inútil. Pablemos no sabe (tampoco) qué quiere hacer en ese terreno y lo demostró con un patetismo que la televisión multiplica por varios factores cuando un político queda como un perfecto indocumentado.
Más tarde, el podemita afirmó que lo que hace falta en España es una banca pública, para jolgorio de Rivera que, inmediatamente, le preguntó si es que no habíamos tenido bastante de eso con las Cajas de Ahorrro, la última banca pública que hemos padecido los españoles. Iglesias no supo tampoco qué responder y por eso recurrió, como suele, a la palabrería hueca y a tirar de demagogia porque el líder de Podemos todavía actúa como si estuviera en una tertulia de Intereconomía TV.
Rivera comenzó anoche a clavar el ataúd político de Pablemos y los podemitas deberían agradecerle que no se ensañara con su líder supremo. Iglesias no da más de sí "y lo sabes", que diría el gran Julio. Lo único que sabe es que va a estar en el Congreso varias legislaturas porque hasta Izquierda Unida sacará siempre al menos un diputado en Madrid. Por eso acabó pidiendo "libertad para Otegi", no sea que ese escaño se le escape algún día también.
Pablemos dio anoche la impresión de que ha tirado la toalla y hasta él mismo, un narcisista enfermizo, parece ya resignado a que, ay, no irá a La Moncloa más que de visita, cuando lo invite su amigo Albert.