Almuerzo discreto al más alto nivel en la Carrera de San Jerónimo. Mariano Rajoy sentó alrededor de la misma mesa a los máximos representantes de las Cámaras, Jesús Posada y Pío García-Escudero, y del poder judicial, Francisco Pérez de los Cobos -Tribunal Constitucional- y Carlos Lesmes -Tribunal Supremo y Consejo General del Poder Judicial-. Una cita fijada "desde hacía tiempo, por Navidad" y que se celebra "cada dos meses", pero que tiene su relevancia dado el complejo contexto político. El gabinete de prensa del Congreso únicamente facilitó una fotografía. "No hemos hablado de pactos", esquivó Rajoy al término del encuentro.
En su primera valoración tras los comicios, el presidente en funciones anunció que buscará un Gobierno "estable" y que, para ello, iniciará en breve negociaciones con las formaciones políticas que defienden el orden constitucional. Esto es, con Pedro Sánchez del PSOE y Albert Rivera de Ciudadanos. "La situación es compleja, pero vamos a ver cómo se van desarrollando los acontecimientos", enfatizaron desde el entorno de Rajoy, que logró el respaldo de todo el PP, incluido el de José María Aznar, para intentar ser investido presidente.
El PP preveía que Rajoy querría imponer el cerrojo informativo. Primero negociar, y después dar la cara ante la opinión pública. Pero a última hora de la noche del martes se anunció que se reunirá con Sánchez este miércoles en la Moncloa. "Los españoles han expresado su voluntad y ahora nos toca a los políticos garantizar que se cumpla con responsabilidad y sentido de Estado", destacó en rueda de prensa el lunes. Según las fuentes consultadas en el seno del PP europeo, los resultados del 20 de diciembre han generado una honda preocupación en las principales cancillerías del viejo continente así como en las instituciones comunitarias. "Como es lógico, se están produciendo llamadas", deslizaron, al objeto de "intentar mantener la estabilidad" económica e institucional. "Para la UE es imprescindible que se cumplan las reglas de juego", según un alto cargo español en Bruselas.
Con ese apoyo de buena parte de la UE y de algunos importantes empresarios, Rajoy iniciará el anunciado "diálogo" con "generosidad". "Hay que especular poco y hacer pocos comentarios a los analistas", ordenó a los integrantes del Comité Ejecutivo, en el que hizo un primer análisis de situación. Después, en una comparecencia posterior, no se saltó el guión que él mismo se había marcado. "Adelantar acontecimientos tiene bastante poco sentido", contestó sobre la posibilidad de nuevas elecciones. Si bien, en privado, nadie se atreve a descartar esa posibilidad. "Yo espero que no", fue lo más que dijo Rafael Hernando, uno de los pocos en hacer declaraciones este martes, en La Sexta.
La hipótesis de abrir otra vez las urnas es, hoy por hoy, un tema tabú para el PP. Aunque, a puerta cerrada, Rajoy sí se refirió a una próxima convocatoria para dar a entender que entonces ya no habrá efecto Ciudadanos. "Hemos ido de menos a más", dijo sobre su cambio de estrategia, tras la hecatombe de las municipales y autonómicas. Y añadió: "Si logramos mantener ese espíritu y esa tendencia, recuperaremos nuestras antiguas posiciones". El pasado domingo, Albert Rivera logró 40 escaños, y en Génova dan por descontado que "la mayoría de los votos eran nuestros".