Noche de cristales rotos (otra vez) en la sede de @CiudadanosCs en Bcn. Así son estos 'demócratas'. No nos callarán. pic.twitter.com/p9eUbuBqXO
— Albert Rivera (@Albert_Rivera) enero 11, 2016
Así, los cristales de la sede de Ciudadanos han amanecido este lunes rotos, después de que este domingo se invistiera presidente de la Generalidad a Carles Puigdemont tras un acuerdo in extremis entre Junts pel Sí y la CUP para obligar a Artur Mas a capitular para mantener vivo el proceso separatista.
Precisamente, en esta sesión de investidura, la líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas tuvo un importante papel al ejercer de jefa de la oposición, con un discurso tranquilo, aunque no exento de dura crítica contra el desafío separatista, la corrupción y el nuevo gobierno de la Generalidad, "más de lo mismo", dijo Arrimadas.
No es la primera vez que las sedes de ciudadanos sufren la ira de los radicales en Cataluña. El pasado mes de diciembre la sede de este partido en L'Hospitalet de Llobregat era atacada con pintura por unos desconocidos. También la sede central del partido en Barcelona sufría un escrache de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH).
Los ataques a las sedes de ciudadanos han sido recurrentes en Cataluña. Más, desde que se han convertido en el principal partido de la oposición.