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Puigdemont no quiere jugársela sólo con la CUP

El presidente catalán busca también el apoyo de los no independentistas para garantizar la legislatura.

Primer pleno en la cámara catalana para el presidente Carles Puigdemont que ha intentado salvar contentando a sus socios de la bancada antisistema, donde este miércoles se estrenaban Meria Vehí, Mireia Boya y Joan Garriga y con continuos mensajes y llamadas a la cordialidad para los no independentistas.

La sesión ha comenzado con la presentación de la estructura de su nuevo gobierno en la que no ha habido sorpresas más allá del acento que ha puesto sobre la polémica consejería de Exteriores de Raul Romeva con 19 millones de presupuesto, investigada por la Abogacía del Estado y que servirá, ha dicho " para proyectar a Cataluña al mundo y explicar a cuanta más gente mejor el proceso" que están viviendo.

Una vez presentado su equipo de gobierno, Puigdemont ha fijado sus tres objetivos que pasan por comenzar cuanto antes a construir las llamadas estructuras de Estado "aprovechando hasta la última coma y el último punto las competencias" que siguen teniendo para cuando se marche, en un plazo de un año y medio, dejar a Cataluña "a las puertas de un nuevo Estado que será independiente y en forma de República".

Recupera por tanto el sucesor de Mas la promesa de los 18 meses aunque ha dicho que si acaban "siendo 19 no será ningún drama" pero nada de extenderse más tiempo como en las últimas semanas dejaba caer. Un discurso que fue seguido con mucha atención por los antisistema que le han exigido prisa y entereza para "lograr la ruptura". "Agradezco que no me pidan la luna", ha dicho en tono irónico el presidente catalán un tanto molesto por las presiones.

Puigdemont parece no querer jugarse la estabilidad parlamentaria sólo al apoyo de la CUP y por eso ha tendido la mano a todos los partidos no independentistas tirando de talante: "Es verdad que tenemos un pacto con la CUP pero eso no nos va a impedir llegar a acuerdo con todos los grupos que sea posible de la cámara".

Pero PP y Ciudadanos no le compran sus reclamos. La líder de la formación naranja en Cataluña, Inés Arrimadas, les ha acusado de "poner en peligro el autogobierno de todos los catalanes" mientras que desde el PP, Xavier García Albiol le ha reprochado haberse echado en brazos de los antisistema, perdonándoles hasta 6 causas judiciales. "Nos produce vergüenza que los que destrozan los bienes públicos y privados, terroristas urbanos, sean los ganadores frente al Estado de Derecho", ha dicho.

Sí que ha encontrado un poco más de respaldo el presidente Puigdemont en el líder del PSC, Miquel Iceta, que dice verle "más cauto que a Artur Mas", lo que podría traducirse en futuros acuerdos puntuales.

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