Mariano Rajoy sigue teniendo atado y bien atado a su partido. En los últimos días los pasillos de la Cámara Baja acogieron los lamentos de no pocos dirigentes del PP que, siempre en privado, mostraron su frustración y nervios por el momento actual. Por la corrupción, y también por perder el papel protagonista tras la petición de Felipe VI a Pedro Sánchez de formar gobierno. Y, por supuesto, con Rajoy ocupando buena parte de las críticas. Si bien, el líder popular apareció el jueves en el Congreso, y los críticos de pasillo enmudecieron. Silencio.
Ningún diputado hizo uso del turno de réplica tras la intervención de Rajoy en la reunión del Grupo Popular. Nadie. El presidente en funciones hizo la intervención esperada, sin novedad reseñable, y ningún cargo se quejó. "Es probable que veamos cosas y pasemos por situaciones difíciles en las próximas fechas, pero este es un partido que tiene historia, que siempre se ha gobernado a sí mismo, que ha pasado por situaciones complejas y ha pasado bien, y yo os aseguro que en esta ocasión también va a pasar bien", dijo en clave interna. Y todos aplaudieron. Ovación cerrada, que se repitió en más de una ocasión.
Una fotografía que sirve al entorno de Rajoy para reiterar que nada se mueve y todo son especulaciones periodísticas. "A la gente le gusta mucho hablar en privado, se creen importantes, pero no hay nada de nada". La versión oficial no ha cambiado: Rajoy será candidato hasta el final y, en caso de nuevos comicios en junio, volverá a ser el cabeza de lista. "Es mejor no hacer el ridículo, no te puedes imaginar las cosas ridículas que se están escribiendo", destacó recientemente un asesor próximo al jefe del Ejecutivo.
El propio Rajoy, en varias ocasiones, ha asegurado públicamente que su intención es resistir. La última vez el pasado martes, tras despachar con el monarca y conocer que Sánchez era el elegido. En síntesis, contestó que no contempla ninguna salida sin él como protagonista, en este periodo o en caso de nuevos comicios. "De ninguna de las maneras", apostilló, con Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal asintiendo en primera fila.
Rajoy se hizo acompañar de la vicepresidenta y la secretaria general tras los dos encuentros con el monarca en un gesto extraordinario, toda vez que Cospedal nunca había sido requerida, e incluso tuvo que cancelar un acto el viernes 22. Y todo para lanzar un mensaje muy claro de puertas adentro: el Gobierno y el partido están con él y respaldan su hoja de ruta. Lo demás, lo que se publica, sólo es ruido. "Rajoy seguirá en política y como jefe del Gobierno", zanjó Santamaría este jueves en una entrevista en la COPE. Alberto Núñez Feijóo, el barón de referencia, destacó que le sigue respaldando.
Así las cosas, para el entorno de Rajoy, pese a la frustración que se transmite en privado, el debate está aparcado por ahora. "No hay dudas sobre el candidato". Otra cosa es lo que ocurriría en caso de que Sánchez logre ser presidente, con independencia de la fórmula. Un escenario tabú para el equipo del hoy jefe del Gobierno, pero que altos cargos de la formación empiezan a dibujar. Si tal extremo ocurriera, la inmensa mayoría coincide: "Rajoy no sería líder de la oposición".
Así lo piensan, incluso, dos integrantes de la actual dirección nacional: "Si Sánchez es presidente, Rajoy dará un paso atrás e iremos a un congreso del partido en el que, seguramente, se implantará el sistema de un militante, un voto. Él decidirá si quiere tutelar o no ese proceso", según un actor clave de Génova. Barones regionales consultados por este diario se sumaron a esta tesis, incluso los marianistas. "Yo creo que, si hay elecciones, Rajoy debe repetir. Es la opción segura. Pero si el PSOE gobierna, se irá", contestó uno de ellos.
Un histórico del PP recuerda que Felipe González decidió quedarse como jefe de la oposición en 1996, tras la victoria de José María Aznar. "Duró tres meses, fue bochornoso", rememoró. ¿Qué pasaría si Sánchez es presidente y Rajoy se va? Según algunas fuentes consultadas, al nuevo líder del partido habría que buscarlo en la Carrera de San Jerónimo. Se citan tres nombres con insistencia: Alfonso Alonso, Pablo Casado y, por supuesto, Sáenz de Santamaría.
Tal y como ya publicó este diario, Cospedal no se lo pondría fácil a la vicepresidenta en funciones. Y ella es la secretaria general, y sigue ejerciendo en los despachos aunque esté más alejada de los focos. "Habría que ver qué postura toma Rajoy, pero Alonso está bien situado", en palabras de un diputado. "Un presidente puede no salir del Congreso pero no un líder de la oposición", recalcó el citado histórico popular. Cabe recordar que en la terna de posibles sucesores se incluyen a dos barones muy importantes: al citado Feijóo y también a Cristina Cifuentes.