Segunda votación fallida y, lo que es peor, con el fracaso añadido de que el candidato socialista, Pedro Sánchez, sólo ha conseguido sumar un sólo voto más a su intento de formar "un Gobierno trasversal por el bien común". A pesar de sus llamamientos de última hora a los diputados de Podemos, Sánchez no ha conseguido obtener tampoco la mayoría simple que se exigía en esta segunda votación y ha reproducido prácticamente el mismo panel de votaciones del pasado miércoles: 131 votos de PSOE y Ciudadanos y Coalición Canaria a favor y 219 en contra.
La segunda investidura fallida tiene el fracaso añadido de la negociación del PSOE con PNV, Compromís e IU, a quienes aspiraba a convencer la dirección socialista y con quienes aseguraba con insistencia: "el pacto está casi cerrado".
Las fuentes consultadas por Libertad Digital explicaban cómo en las horas previas a la votación ya daban todo por perdido, a pesar de los intentos de ultimísima hora. Este jueves por la noche, la comisión negociadora del PSOE hizo un nuevo intento con PNV y CC, pero fue "imposible" con los nacionalistas vascos. "Nadie se quiere mojar hasta el lunes y lo entiendo", reconocía a este diario un miembro de esta comisión, "y yo no les puedo pedir que se mojen ahora".
Terminada la votación, el líder del PSOE se marchaba del Hemiciclo con un rostro apesadumbrado. Tras un apretón de manos con su socio de Ciudadanos, Albert Rivera, se manifestaba en los pasillos del Congreso: "siento en el alma que hoy España no tenga Gobierno porque haya habido dos partidos, PP y Podemos, que hayan bloqueado este acuerdo". El líder socialista dijo que "seguirá trabajando" para lograr una mayoría.
"Hoy es un punto y aparte. A partir de mañana vamos a seguir trabajando para que haya un gobierno y, desde luego por mí no va a quedar". Y en último lugar, rejón a Pablo Iglesias de quien dijo, "ha traicionado a los millones de votantes de Podemos" porque "en democracia uno es lo que vota. El señor Iglesias es el responsable único y último de que Rajoy siga siendo presidente".
En su intervención en el Hemiciclo antes de la votación, el líder socialista se situaba de espaldas a la realidad confiando en que en el futuro no tiene por qué esperar al próximo lunes. "El futuro empieza hoy", dijo Sánchez a su llegada al Congreso. En privado, la dirección del PSOE reconocía exactamente lo contrario y descartaban sorpresas de última hora: "A partir del lunes empieza la presión" y confían en seguir llevando la iniciativa en la formación de Gobierno. Dicho de otra forma: que no haya un cambio de timón, una vez que el rey Felipe VI tome la decisión de hacer, o no, una nueva ronda de consultas.