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Así crece la (por ahora) pequeña revolución democrática en el PP

Mientras el PP oficial se mantiene en un pequeño silencio sepulcral, la Red Floridablanca reúne a militantes que piden desesperadamente un cambio.

Mientras el PP oficial se mantiene en un pequeño silencio sepulcral, la Red Floridablanca reúne a militantes que piden desesperadamente un cambio.
Una parte de la sala en la que se celebraba el acto | C.Jordá

La política que llega habitualmente a los medios de comunicación se decide en los despachos oficiales o en las plantas nobles de las grandes sedes de los partidos, pero en el Partido Popular empieza a expandirse una pequeña, al menos por ahora, revolución democrática que prefiere otros escenarios: cafeterías, sedes de barrio, redes sociales…

Espacios diferentes pero en los que ocurre algo que casi es antagónico de lo que son los partidos de las listas cerradas y las organizaciones piramidales: la gente se levanta y habla en libertad, tenga o no un cargo, simplemente cuando siente que tiene algo que decir.

Actos detrás de los que no hay grandes nombres conocidos con capacidad de arrastre y convocatoria, sólo una marca reciente, Red Floridablanca, que poco a poco va dándose a conocer a través de los medios y, sobre todo, con pequeños encuentros como uno al que asistimos este miércoles en una cafetería de Madrid, casualmente –o quizá no junto a un pequeño jardín dedicado a Miguel Ángel Blanco.

Pocos cargos, muchos militantes

Al entrar en la cafetería en la que se ha convocado el acto encontramos a unas 70 personas a las que aún se han de unir unas pocas más que harán que al final seamos cerca de un centenar desbordando el aforo del local: algunos tienen que quedarse de pie. Hay gente de todas las edades, no todos son jóvenes yuppies, aunque tampoco se ven rastas. En general, el aspecto es el que podríamos esperar de una reunión de militantes del PP.

¿Hay cargos públicos? Muy pocos, se ven algunos presidentes de distrito de la capital, dos o tres exdiputados, algunos "restos del esperancismo" como nos dice uno de los participantes... pero, sobre todo, hay militantes de base que ya antes de empezar el acto están hablando entre ellos de política, del resultado electoral, de los juegos de alianzas, de si habrá o no elecciones...

La primera en tomar la palabra es Isabel Benjumea, la directora de la Red Floridablanca. Da un discurso sencillo, presentando su iniciativa y recalcando algunos mensajes clave: la necesidad de un rearme ideológico del PP, reclamar democracia interna, exigir un "congreso abierto"… Hay otra palabra que oímos varias veces en el discurso y se escuchará mucho en el acto: integración: "No vamos en contra de nadie, no hemos venido a echar a nadie", dice Benjumea.

También hablan otros dos de los responsables de la Red Floridablanca –José Ruiz y Jorge Martín- que profundizan en algunos de los temas que ya ha tocado Isabel Benjumea: organización interna, comunicación, centroderecha, democracia…

Turno de palabras

Son intervenciones cortas porque se quiere abrir un turno para que hable todo el mundo, aunque se empieza ese turno por gente relacionada con la propia Red Floridablanca, personas como Eugenio Nasarre o Florentino Portero. También intervendrá más tarde, aunque no está directamente en contacto con el grupo, la exdiputada Lourdes Méndez.

Pero el turno de intervenciones es largo, da para mucho: por ejemplo, un afiliado de Alcorcón que lleva 22 años en el partido y asegura que nunca ha "tenido un cargo" y que no tiene "ninguna aspiración", pero que está ahí reclamando democracia interna y criticando el actual sistema: "He sido compromisario y sé que es un sistema de democracia cero".

O una mujer que se presenta como profesora de ciencias políticas y que asegura que Mariano Rajoy ha incumplido sistemáticamente con los estatutos del partido y que eso significa que "hemos hecho dejación los de arriba y los de abajo".

Otro hombre interviene y se muestra como el más atrevido de todos: "Yo ya no soy votante del PP, sólo así podemos hacer que cambie", asegura diciendo que el partido que no escucha a sus votantes y sus bases es como la empresa que no escucha a sus clientes y acaba cerrando: "Al PP le está pasando lo mismo que a Kodak o otras grandes compañías que al final dejaron de existir".

Los presentes escuchan atentamente, aplauden con mayor o menor entusiasmo y se suman a las propuestas que más les gustan, como la mujer de pelo blanco que reclama "¡primarias, primarias ya, dónde hay que firmar!" cuando otro de los intervinientes las pide antes de las hipotéticas elecciones de junio.

Nadie defiende a Celia...

Hay debate político incluso más allá del PP: se critica a Albert Rivera y se defiende a Albert Rivera, se critica a Celia Villalobos... y en cambio nadie la defiende, más bien se oyen frases bastante duras aquí y allá. En medio del debate nos parece contemplar algo completamente ajeno a la política española, más similar a uno de esos pequeños actos de las primarias americanas que hemos visto en las películas o en los medios, con la única gran diferencia de que no hay un candidato protagonista porque, por una vez, el protagonismo se quiere que sea de las bases.

Es difícil saber si esta pequeña –por ahora revolución democrática en el PP que ha emprendido la Red Floridablanca conseguirá alguno de sus propósitos, de hecho la experiencia nos hace ser pesimistas. Pero lo logre o no, a esos afiliados que están empezando a saborear esa libertad va a ser muy difícil convencerles de que tienen que seguir confiando en los sistemas de pucherazo-compromisarios y que, si acaso más adelante, ya se les irá ofreciendo alguna miaja de democracia.

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