Mariano Rajoy sigue sin tener prisa. Se reafirma en que la única solución pasa por abrir de nuevo a las urnas, y se resiste a participar en "la comedia de enredo" que, se burla, están protagonizando el resto de actores políticos. Así, una y otra vez, ha ido postergando su teórica intención de ponerse en contacto con Pedro Sánchez y Albert Rivera. Según su equipo, tras la reunión a tres mantenida este jueves, volverá a estudiar si es el momento de hacer algún movimiento.
En el caso del Partido Socialista, la dirección nacional reconoce sin reparos que si se produce un contacto será por mero formalismo ya que no esperan absolutamente nada de Sánchez. Tanto que, según las fuentes consultadas, Rajoy se decanta ahora por escribirle una misiva y dar por saldada la cuestión. Esto es, ni tan siquiera le llamaría por teléfono y, ni mucho menos, se sentaría a hablar con él. "En estos momentos no tiene ningún sentido. Sánchez ha sido clarísimo: no quiere nada ni con Rajoy ni con el PP", justifican desde el entorno del presidente en funciones.
Sobre Ciudadanos hay más divergencias internas. Rajoy parte de la base de que sus votos no sirven si el PSOE no se mueve –como así da por descontado-, pero una parte del PP cree toca dar el paso y buscar una aproximación. El asunto se discutió el lunes en el Comité de Dirección, y se decidió esperar a este jueves para comprobar el ánimo del partido naranja tras la cita con Podemos y los socialistas. "Si hay ruptura, será el momento de acercarnos a Rivera", admitió un miembro de la cúpula todavía con la reunión en marcha.
Según el PP, nunca han roto del todo el contacto con Ciudadanos, aunque se esté llevando a cabo en el Congreso y por dirigentes de segundo nivel. "Hablamos con ellos", se enfatizó desde el entorno del presidente. Si bien, en caso de reactivar de verdad la interlocución, la cúpula popular dio por descontado que los protagonistas tendrían que ser "Rajoy y Rivera" sin entrar en mesas negociadoras de ningún tipo en el que el tema a tratar fuera el documento suscrito por Ciudadanos y PSOE. "Nosotros también tenemos un papel, y nadie nos ha contestado. No vamos a participar en el paripé", reiteraron desde la sede nacional.
El más reacio a moverse es el propio Rajoy, convencido de que los españoles acabarán agradeciéndole que no haya cambiado de postura desde un día después de las elecciones y no haya participado "en el show". "¿Expectante ante la reunión a tres?", le preguntaron los periodistas el martes. "Uf, no lo sabe usted bien", tiró de ironía sonriente. "Sánchez se va a convertir en el judas de la política española", dijo Fernando Martínez-Maíllo sobre la reunión. "Ha dado el beso de judas a Ciudadanos", precisó un poco más Pablo Casado.
Rafael Hernando fue el encargado de fijar postura una vez concluido el despacho a tres: "Es tiempo de que Sánchez se dé cuenta de que sus maniobras están condenadas al fracaso", expuso ante los periodistas, no sin recalcar que no ve acuerdo posible entre Ciudadanos y PSOE. Así las cosas, precisó que el PP "intentará el acuerdo hasta el último día", pero no aclaró cómo. Sobre una aproximación a Rivera, se mostró escéptico en línea con Rajoy: "No es cuestión de llamar, es cuestión de sumar", zanjó.
Todo ello en un contexto en el que cada vez más voces del PP temen que al final un Sánchez "desesperado" acabe "haciendo lo que sea para gobernar", incluso pactando con los independentistas. "Rajoy está seguro de que habrá elecciones, pero yo ya no lo tengo tan claro", en palabras de un cargo que despacha con él habitualmente. Casado lleva días alertando sobre ello públicamente: "El PSOE ha engañado a Ciudadanos y le va a dejar tirado para echarse en brazos de Podemos", sentenció. En este sentido, el PP volvió a exigir a Sánchez que aclare los asuntos que trató con Oriol Junqueras, líder de ERC.