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Así presionó un concejal de la CUP a un médico en Barcelona para cambiar un informe

Josep Garganté, que ha participado en los disturbios de Gràcia, será juzgado por "delito leve" por coaccionar a un médico de Barcelona.

La sección sexta de la Audiencia Provincial de Barcelona ha desestimado el recurso presentado por el Ministerio Fiscal en el que pedía que se calificara de delito menos grave las presiones del concejal de la CUP Josep Garganté a un médico para que cambiara el informe de un mantero herido, con la intención de acusar a la Guardia Urbana de agresión. Por este motivo, la Audiencia de Barcelona mantiene la acusación de delito leve.

Tal y como contó Libertad Digital a principios de abril, los hechos ocurrieron el pasado 23 de marzo por la tarde. La Guardia Urbana llevó al centro sanitario de Perecamps en Barcelona a un mantero que se había lastimado al huir de los agentes de la autoridad durante un dispositivo de disuasión de la venta ambulante ilegal en un barrio de la Ciudad Condal. En su informe, el médico señaló que el paciente insistía en que la torcedura que presentaba en el tobillo se debía a que se había caído por unas escaleras.

En el centro médico se presentó el concejal de la CUP en el Ayuntamiento de Barcelona, Josep Garganté, un antisistema que, tal y como se recogió en un vídeo difundido en internet, presionó al médico que atendió al mantero para que cambiara su informe e indicara que fue la Guardia Urbana quien le agredió. "Lo que tienes que poner en el informe es que esta persona dice que su caída viene de un empujón", insistía Garganté en el vídeo, a lo que el médico se negaba.

La resolución de la Audiencia Provincial, consultada por Europa Press, considera que "la presión ejercida" ante el médico fue insuficiente para dar paso a la posible falsedad documental que sostiene el Ministerio Fiscal, al que recuerda que no cabe recurso ordinario contra esta resolución.

La Fiscalía recurrió ante la Audiencia Provincial el auto del juzgado de Instrucción 22 de Barcelona al considerar que Garganté cometió un delito de coacciones y otro de falsedad de documento oficial, hechos ante los que todavía no hay fecha fijada para el juicio y que niega la CUP, que está a la espera del resultado de su recurso que pide el archivo.

Pero no es el único episodio polémico en el que está envuelto este concejal de la CUP. Garganté también ha sido visto y fotografiado durante los disturbios -auténtica guerra urbana según algunos testigos- del barrio barcelonés de Gràcia. Garganté, chófer de autobús que lleva en los nudillos tatuada la palabra "odio", también fue condenado por romperle el objetivo a un camarógrafo de la televisión pública catalana TV3 en 2010.

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