Mariano Rajoy tiene puestas sus esperanzas en los "españoles moderados" y está convencido de que, ante el temor de que Podemos llegue a la Moncloa, acabarán introduciendo la papeleta azul en la urna el próximo 26 de junio. Así, en el primer día de campaña, el presidente en funciones volvió a transmitir una parsimonia que sigue sorprendiendo a los suyos. En Alicante, mantuvo una comida con la cúpula del PP de Valencia. "Está muy tranquilo", reconocieron tras el encuentro, en el que analizaron las perspectivas electorales.
A Rajoy sus asesores le han asegurado que el CIS se equivoca, tanto en el porcentaje de votos como en la atribución de escaños. Tal y como avanzó este diario, el comité de campaña ve asegurado el 30% de los votos y espera arañar un punto de aquí a la cita con las urnas. "La tendencia es ascendente y en campaña tradicionalmente subimos", se reafirmaron las fuentes consultadas. Si llegan al 31%, el PP augura que se habrán hecho con "los restos" en aquellas provincias en las que actualmente hay un escaño en el aire, y la victoria "será mucho más clara" que la augurada por la encuesta pública.
"Estoy muy contento y muy animado y pido el voto a aquellos españoles que se sientan moderados y que crean que España necesita un gobierno responsable a las órdenes de nadie salvo de los intereses de los españoles", dijo Rajoy nada más bajar del coche en Santa Pola. Alicante es una de las provincias señaladas en rojo por Jorge Moragas, y de ahí que haya sido el primer destino de la campaña. En los pasados comicios, el PP no consiguió el quinto escaño por 15.000 votos, que fue a parar a Ciudadanos. "Ahora podemos recuperarlo, ellos tienen muchos líos internos", explicaron al presidente.
Barberá no pisará un mitin
En línea, los estrategas de Rajoy están seguros de que el PP tocó suelo el 20D en la comunidad y que la corrupción ya no les pasará más factura que entonces. Por si acaso, la dirección nacional deslizó que no esperan que Rita Barberá suba a ningún mitin, pese a que siga siendo senadora y no se le haya retirado el carnet de militante. Además del quinto por Alicante, el comité de campaña espera subir al menos otro en Valencia y seguir igual en Castellón, donde según el último CIS perderían uno.
En la calle, el ambiente fue bueno. En Santa Pola, y principalmente en Torrevieja, donde Rajoy volvió a darse un baño multitudes en plena calle. No hubo gritos de "chorizo" o "ladrón" como sufrió en otras ocasiones en la región. "Lo más útil para evitar el extremismo y la radicalidad es votar al PP", arengó a los suyos, ya subido al atril. "Comunismo rancio y sectario" que "multiplica la miseria y la pobreza", alertó minutos antes Isabel Bonig, la líder del partido a nivel regional. "Podemos amenaza con disolver España", llegó a decir José Manuel García Margallo, que es el número uno por Alicante.
El miedo a Podemos monopolizó las intervenciones. Pero Rajoy fue un paso más allá, y dio a entender que Ciudadanos podría llegar a pactar con el partido morado. "Es lo que intentaron" pero "no lo consiguieron", afirmó en relación a las negociaciones posteriores al 20D. "No sé qué supondrá votar a los demás para evitar a los extremistas", destacó en otro momento de su intervención, tras denunciar "armónicas coaliciones" locales, en las que incluyó al PSOE, Podemos y Ciudadanos.
"El peligro es apostar por un gobierno a la griega, por aquellos que generaron la mayor crisis económica de España y por quienes no han gestionado nada nunca", redondeó su mensaje un enérgico Rajoy, que aún se reservó un último golpe a Alber Rivera. "Desconfíen de los que apoyan a los que no quieren sus votantes", se despidió, muy pendiente del quinto escaño por Alicante.