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Rajoy avisa de que no se irá y ordena dar "caña" a Rivera

Génova cree que Rivera les hace "la campaña" con su veto. "Continúa con el teatrillo junto al PSOE", según Hernando. Rajoy pide que le dejen gobernar.

Génova cree que Rivera les hace "la campaña" con su veto. "Continúa con el teatrillo junto al PSOE", según Hernando. Rajoy pide que le dejen gobernar.
Rajoy, este jueves, en la localidad asturiana de San Martín de Podes. | EFE.

Mariano Rajoy ya avisa de que no piensa hacerse a un lado tras las elecciones. "Si soy primera fuerza y se cuestiona mi presencia, ¿qué habría que hacer con el segundo, con el tercero y con el cuarto?", arguyó el miércoles por la noche en 13TV. Después, llegaron las declaraciones de Albert Rivera, descartando incluso la abstención para hacerle presidente, y el PP arreció sus críticas vinculándole al Partido Socialista.

"El señor Rivera tiene un problema que es difícil de explicar. Es evidente que tiene un acuerdo con el PSOE" y por eso "considera que tiene que hacer una campaña atacándome", afirmó Rajoy antes de que Rivera se distanciara aún más de él este jueves, en un desayuno informativo en Barcelona. "Que digan que yo tengo un pacto con Podemos suena como mínimo a broma. Aquí el único pacto es el que han tenido PSOE y Ciudadanos", se reafirmó el presidente en funciones, en este caso en una entrevista en RNE.

A la dirección nacional le molestó sobremanera que Rivera fuera "el más crítico" con Rajoy en materia de corrupción en el debate a cuatro, y que intentara sacarle los colores con los mensajes que le envió a Luis Bárcenas, otrora tesorero y hombre de confianza. Si bien, entendieron que el que fuera tan duro con Rajoy "y no con el PSOE por los ERE" podría ser positivo para sus intereses. Como también, enfatizaron, "que vuelva a olvidarse de su promesa de dejar gobernar a la lista más votada" y "mantenga el veto a quién va a ganar según todas las encuestas".

Así las cosas, tras el debate, Rajoy ya dio orden de dar "más caña" a Rivera para recuperar su votante de centro-derecha. Y, este jueves, la consigna fue a más todavía. "Nos hace la campaña, es un error para ellos", expusieron en la reunión diaria que celebra el equipo de Jorge Moragas en la sede nacional. La estrategia es clara: acusar a Ciudadanos de engañar a los españoles, y advertir de que, tras el 26J, podrían volver a pactar con los socialistas.

"PSOE y Ciudadanos continúan con el teatrillo" y "siguen disimulando sobre lo que van a hacer después de las elecciones", declaró Rafael Hernando, para quién "Rivera dice una cosa un día y la contraria a la siguiente". Fernando Martínez-Maíllo, así como otros portavoces oficiales, se pronunció también en términos parecidos. "Espero que PSOE y Ciudadanos comprendan que una coalición entre ellos no es posible porque ahí sí que no hay votos suficientes", llegó a afirmar Rajoy en una de sus últimas entrevistas.

Ante tal escenario, la propuesta que el candidato del PP sigue poniendo encima de la mesa es que se deje gobernar a la lista más votada, pese al rechazo del partido naranja y de los socialistas. "Espero que, si no quieren formar coalición, dejen que gobierne el primero. Si no, no hay salida", aseveró en 13TV. Este jueves, Hernando empezó a meter miedo con la posibilidad de otros comicios. "La posición de Sánchez nos lleva a unas terceras elecciones", dijo a las claras en un acto en Sevilla.

Y, por supuesto, en el PP nadie discute -al menos de momento, y públicamente- que Rajoy vaya a resistir una vez más y se mantenga impasible ante la presión. "Rivera se tendrá que comer sus palabras. Si mejoramos resultados, y lo vamos a hacer, no tendrá legitimidad para pedir a Rajoy que se vaya", según el entorno del líder popular. "Ganando y con más votos, no le puede enmendar la plana al presidente", afirmó un líder autonómico, en una reciente conversación informal con periodistas. Para la cúpula, no hay discusión: "Es nuestro candidato y será el presidente".

Un candidato que, un día más, disfrutó del contacto con la gente. Tras el campo de alcachofas, este jueves fue una explotación familiar de vacas de la localidad asturiana de San Martín de Podes, donde reiteró su apuesta por el campo. "Tenemos una gran nación y tenemos algo muy importante: españoles", se despidió, provocando otra vez gran revuelo en las redes sociales. Después, partió a Galicia para darse un paseo por su tierra, Pontevedra, donde fue brutalmente agredido en la anterior campaña. "A nosotros no nos va a echar de la calle ni unos cafres ni unos bárbaros", proclamó en RNE.

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