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El PSOE ya no teme las elecciones: "La coherencia de Sánchez saldrá rentable"

Reunión sorpresa de la Ejecutiva en la que Sánchez ha comenzado a preparar su discurso. Un no rotundo que "se repetirá en octubre".

Reunión sorpresa de la Ejecutiva en la que Sánchez ha comenzado a preparar su discurso. Un no rotundo que "se repetirá en octubre".
Pedro Sánchez en una comparecencia ante la prensa | EFE

No hay vacilaciones en la dirección federal. Ajenos a la presión mediática, los miembros de la Ejecutiva socialista solemnizan con la máxima rotundidad que "el 'no' se repetirá en octubre", después de las elecciones vascas, y que "no habrá un cambio de postura" ni una nueva convocatoria del Comité Federal para refrendarla. Una posición defendida por el núcleo duro de Pedro Sánchez quien este lunes convocó con secretismo a la Comisión Permanente de su Ejecutiva para preparar su discurso en la investidura de Mariano Rajoy la semana que viene.

Tan inamovible es, a día de hoy, la negativa a Rajoy, que el secretario general del PSOE ha pedido a cada una de las secretarías ejecutivas de su dirección argumentos y datos para apoyar su rechazo a la presidencia del Gobierno del PP. De ahí que las palabras del secretario ejecutivo de Acción Política, Patxi López, a las puertas de Ferraz no hayan dejado lugar a dudas: "Tenemos una posición que es coherente, es la responsabilidad exclusiva de Mariano Rajoy y tiene que buscarla entre quienes tenga afinidades políticas y desde luego ahí esas no existen con el PSOE que sigue pensando que éste no es el Gobierno que necesita España". López también descartó la convocatoria de un nuevo Comité Federal: "Nosotros no tenemos esa posibilidad encima de la mesa".

Tan es así que, en privado, las fuentes socialistas consultadas por Libertad Digital hablan ya sin temores sobre una nueva convocatoria electoral, incluso si se producen el 25 de diciembre en plenas navidades. "A Pedro Sánchez les saldrá rentable la coherencia", argumentan con confianza plena en la voluntad de sus votantes -que asemejan con sus militantes- y dando la espalda a las encuestas como la de Sigma dos para el diario El Mundo en la que el 54% de los votantes socialistas abogan por una abstención.

Con sorna y hasta rencor hacia las empresas demoscópicas por los errores cometidos en las pasadas elecciones por el temido sorpasso, los socialistas confían en que continúe la caída libre de Podemos, que es "el principal interesado en que el PSOE se abstenga" para arrebatarles el liderazgo en la oposición y desactivarles políticamente. Esta es una de las claves que radican en la cerrazón de Pedro Sánchez. Pero la principal no es otra que la batalla por el liderazgo interno. Con la vista puesta en el 39º Congreso Federal del PSOE, que se espera para el mes de octubre o noviembre, Sánchez sabe que "quien rubrique la abstención a un Gobierno del PP no podrá seguir al frente del partido".

Por ello, explican estas fuentes, "Susana Díaz no se atreve a pedir públicamente esa abstención" como tampoco la solicitan los barones de las federaciones con más peso y relevancia del PSOE. Ésa es su fortaleza. De momento, los barones no se atreven a decir en público lo que sostienen en privado. Porque saben, igual que su secretario general, que la militancia que tendrá que elegir al próximo líder del partido no apoyará a quien defienda esa abstención. Y con una oposición interna soslayada y sottovoce, el líder del partido no tiene motivos para cambiar de postura salvo que los barones asuman el coste que él se niega a asumir y que todos quieren que asuma. No tanto por la gobernabilidad de España como por la seguridad de que esa decisión sería el certificado de defunción de un Pedro Sánchez que ya ha agotado demasiadas vidas en apenas dos años.

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