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La batalla soterrada continúa en el PP con Guindos en la diana

La dirección del PP cree que la gestión de Guindos en el caso Soria fue negativa y puso en un brete a Rajoy. En Moncloa, también tiene detractores. 

La dirección del PP cree que la gestión de Guindos en el caso Soria fue negativa y puso en un brete a Rajoy. En Moncloa, también tiene detractores. 

El fuego amigo se recrudeció en las últimas horas en el PP. La renuncia forzada de José Manuel Soria, lejos de apaciguar los ánimos, trasladó la presión a Luis de Guindos, de cuyo departamento salió la decisión de que el exministro ocupara un sillón en el Banco Mundial. Una medida "errónea", coinciden ahora prácticamente todos en la formación, a la que se sumó una gestión "deficiente" de la crisis que puso en un brete al propio Mariano Rajoy, que dio datos falsos en su comparecencia del lunes desde China.

Así las cosas, el paso atrás de Soria solo sirvió para que los barones territoriales, más revueltos que nunca, pudieran dar la batalla por ganada y sentirse más aliviados. "Ha sido un acierto que haya dejado sin efecto ese nombramiento y por no seguir en una polémica que se iba a autoalimentar", declaró Alberto Núñez Feijóo, en una entrevista en Es La Mañana de Federico. Aún más, reconoció que "probablemente no se valoró el impacto social que iba a producir" la medida y, sin matices, subrayó que era "difícil de entender y más difícil de explicar".

A Feijóo se sumaron otros tantos líderes regionales y altos cargos tratando de dar por superado el trance. "Rectificar es de sabios. Yo creo que con eso lo digo todo", afirmó Javier Maroto, que los días anteriores rehusó dar la cara por el exministro. "Soria lo ha hecho entendiendo que podía perjudicar y estaba perjudicando, y eso es público y notorio, a la imagen del PP y no ha querido contribuir a ello", en palabras del extremeño José Antonio Monago, también muy crítico con la decisión inicial. "El tema está zanjado", remató, ante la atenta mirada de Rajoy, Alfonso Alonso en un desayuno informativo en Madrid.

Si bien, en la trastienda, la crisis todavía latía. De hecho, no hizo falta esperar a que el resto de partidos buscaran una nueva presa para que desde el PP ya se pusiera en la diana a Luis de Guindos, el "amigo" de Soria que "estuvo detrás desde el principio". "Es verdad que ha habido cosas que se podrían haber hecho mejor en la gestión de este tema", se sugirió desde la cúpula nacional. "Aquí ha habido un error grave, y el ministro de Economía es el principal culpable", se añadió sin micrófonos encendidos, intentando salvar de la quema a Rajoy, también implicado en el caso.

Guindos formó parte de la comitiva gubernamental que acudió al G20 que se celebró en China, voló con Rajoy tanto a la ida como a la vuelta, y fue él quien le explicó con detalle lo que había sucedido, según las fuentes consultadas. Y, a la vista de los errores aportados ante la opinión pública, en Génova no dudaron en afirmar que no hizo bien su trabajo. Un extremo, por cierto, suscrito por un sector de la Moncloa, también distante con Guindos. Cabe recordar que, el mismo viernes por la noche solo minutos después de que saltara la noticia, Soraya Sáenz de Santamaría quiso poner el énfasis en que nada era de su competencia.

Nadie en el PP respalda a Guindos

En este contexto, pasadas las horas, la presión sobre Guindos fue a más, sin que nadie del PP saliera este miércoles a respaldarle públicamente. Nunca ha sido de los preferidos en Génova, pero el vacío fue clamoroso para quien, en la teoría, aún podría tener un gran futuro político, toda vez se lleva días especulando con la posibilidad de que fuera a ocupar una todopoderosa vicepresidencia económica en el nuevo gabinete de Rajoy, lo que habría restado poder a Santamaría. Ahora, "tendrá que dar explicaciones en el Congreso", confirmaron en el Grupo Popular, cuyo objetivo pasa por evitar que sea en un pleno extraordinario.

Mientras, Rajoy intentó como pudo evitar quemarse políticamente. Y volvieron sus silencios. Lo ocurrido en el desayuno informativo de Alonso recordó a tiempos pasados, cuando el líder del PP era reacio a cualquier tipo de contacto con la prensa. Siempre escoltado por los suyos, evitó las preguntas, tanto a la entrada como a la salida del acto. "El tema está agotado", transmitió su equipo, que confirmó que había hablado con Soria al menos en dos ocasiones.

A última hora de la tarde, el Ejecutivo informó de que el elegido para el puesto será finalmente Fernando Jiménez Latorre, exsecretario de Estado de Economía y actual director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional. Ya antes, Moncloa filtró que la principal razón por la que Soria tuvo que renunciar es porque el Banco Mundial podría haber rechazado su designación. Si bien, en el PP, siguieron creyeron que la brecha interna fue decisiva para que Rajoy cambiara de opinión. Unas fricciones que ahora afectan de lleno a Guindos, el gran valedor de España en Bruselas y que siempre creyó que acabaría presidiendo el Eurogrupo.

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