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Rajoy no pide el escaño a Barberá: "Ya no tengo autoridad sobre ella"

Evita pedir el escaño a Barberá y desvela que sus homólogos europeos le han preguntado por la inestabilidad en España. 

Evita pedir el escaño a Barberá y desvela que sus homólogos europeos le han preguntado por la inestabilidad en España. 
Rajoy, en Bratislava, durante su rueda de prensa | EFE

Mariano Rajoy rechazó que los escándalos que afectan al PP supongan una traba importante para la gobernabilidad del país. A su juicio, el único motivo del bloqueo político es "la actitud" de Pedro Sánchez, que no deja que gobierne la lista más votada. "Eso es lo que influye", zanjó al término del Consejo Europeo, en Bratislava, no sin encargarse de remachar que sus homólogos comunitarios volvieron a transmitirle que no aciertan a entender lo que está ocurriendo en España. "Están sorprendidos" de que "no se pueda plantear una alternativa razonable", apuntó en rueda de prensa visiblemente cansado.

Por fin, el presidente en funciones rompió su silencio. No le quedaba otra, toda vez es tradición que siempre comparezca tras las cumbres europeas. Lo hizo tras dos semanas muy duras para su partido, incapaz de remontar desde que se supiera su intención de colocar a José Manuel Soria en el Banco de España, justo minutos después de la segunda votación de investidura.

El caso Soria derivó pronto en toda una crisis gubernamental, con Luis de Guindos en la diana, acusado por sus propios compañeros de engañar a la opinión pública y confundir al mismísimo Rajoy. Y llegaron, también, las novedades sobre Jaume Matas y Luis Bárcenas. La decisión del Tribunal Supremo de actuar contra Rita Barberá fue el colofón, y dejó al PP completamente no quedado.

Tras duras negociaciones, Génova logró que la exalcaldesa se diera de baja del PP, y a ello se acogió Rajoy para proclamar que lo que haga o deje de hacer a partir de ahora ya no es su problema. "Ha abandonado el partido, le pedimos que renunciara a la militancia y, a partir de ahí, el presidente del PP ya no tiene ninguna autoridad para con ella", contestó en un primer momento.

Nada más dijo sobre Barberá, indiscutible referente durante años y, en teoría, su fiel amiga. Le preguntaron si cree que debe abandonar su escaño en el Senado, como le exigen líderes territoriales del PP y sus vicesecretarios generales, pero no quiso pronunciarse. "No tengo ninguna autoridad", repitió una vez más. Fin de la historia, en su opinión.

Según fuentes de la cúpula, desde que estallara la crisis el martes por la tarde, Rajoy nunca despachó con ella. Estuvo en todo momento al tanto, pero los interlocutores fueron María Dolores de Cospedal y Fernando Martínez-Maillo. A ellos les dio la orden de que todo debía estar resuelto el miércoles a las 19:00h, momento en el que quiso apagar otro de los incendios -el que afectaba a Guindos- acudiendo a la presentación de su libro.

En efecto, el famoso comunicado de Barberá se hizo público antes y Rajoy pudo lograr la ansiada foto de unidad, con Soraya Sáenz de Santamaría como protagonista clave, amén de ensalzar a su ministro de Economía. Mientras, su equipo se cuidó de que no le llegaran las preguntas sobre la exalcaldesa, llevándole por una puerta distinta a la utilizada por el resto y apartando a los periodistas.

"La corrupción no es algo de un partido"

Para Rajoy, las aguas han vuelto a su cauce, y a partir de este sábado se centrará en las campañas electorales en País Vasco y Galicia. "La corrupción no es algo de un partido ni de una organización concreta. Va unida a la condición humana", dijo en otro momento de la comparecencia, en la que también le preguntaron por los ERE. "Serán los tribunales los que tengan que decidir; los tribunales van dando pasos y al final dirán si son inocentes o culpables. Yo no voy a decirlo", fueron sus palabras sobre Manuel Chaves y José Antonio Griñán.

Previamente, al término del Consejo de Ministros, Santamaría -que intentó eludir como pudo las preguntas sobre Barberá- apostó por dar una respuesta "conjunta y compartida" a los casos de corrupción, e insistió en la idea de que ninguna formación es inmune, y mucho menos el PSOE. Sobre la exalcaldesa, la vicepresidenta se limitó a aclarar que la titularidad del escaño es del propio parlamentario, mostró sus dudas a una reforma constitucional para cambiarlo y reiteró que ya no es del PP.

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