Apenas seis palabras que componen la declaración más relevante de los miembros de la Ejecutiva Federal y que encierras los temores y las dudas que en los más veteranos de la dirección supone "abrir en canal" el PSOE como ha ocurrido ya en las últimas horas. A su llegada a Ferraz, el hasta ahora incondicional de Pedro Sánchez y en estos momentos portavoz del partido en el Senado, Óscar López, ha hecho públicas las primeras dudas en el bando oficialista: "Hay que pensar, hay que pensar", ha dicho hoy a los periodistas desmarcándose en parte de la línea dura explicitada este miércoles por César Luena.
Unas dudas en las que se sitúan también el portavoz en el Congreso, Antonio Hernando, y el secretario ejecutivo de Acción Política, Patxi López. Este último ya las expresó publicamente este martes en la reunión de grupo socialista en el Congreso tras presentar Sánchez su órdago de adelantar el 39 Congreso Federal el pasado lunes. Pero decidió apoyar a Sánchez por "cultura de partido". Por contra, el secretario de Organización y número dos de Sánchez, César Luena, a quien se ubica en "la línea dura, el de la trinchera", responsable de que la ofensiva haya alcanzado cotas nunca antes imaginadas.
Una convulsión que se ha hecho notar este jueves con las primeras bajas en la reunión de la Comisión Ejecutiva convocada para las 10:30 horas. Además de los 17 dimitidos, se han ausentado Carmen Montón, secretaria ejecutiva de Igualdad y consejera en el gobierno valenciano del crítico dimisionario Ximo Puig; y de Rosa Eva Díaz Tezanos, vocal en la Ejecutiva y vicepresidenta del gobierno cántabro que preside Miguel Ángel Revilla. Dos perfiles a quienes los críticos ubican entre las dudas que están surgiendo en el seno de la dirección y que podrían apuntar a cambios de postura en el futuro.
Según fuentes socialistas ambas dudaron hasta el último momento si unirse o no al grupo de dimisionarios, pero este jueves tampoco han querido alienarse con el grupo de los incondicionales de Sánchez.