Cuatro días después de que los separatistas catalanes votaran en sede parlamentaria la activación de un referéndum unilateral para septiembre de 2017, el presidente catalán ha viajado a Madrid para explicar su plan de desconexión con un inédito ofrecimiento: Carles Puigdemont ha invitado al Gobierno central a negociar la fecha, las condiciones y la pregunta del referéndum e incluso le instaba a poner sobre la mesa su propia pregunta para " que compita con la de la independencia", eso sí, siempre que se haya pactado también cómo interpretar y aplicar los resultados. No les valdrán cualquiera, claro. "Si el Estado fórmula una propuesta, pongamos por caso reforma de la Constitución vamos a convenir qué significa votar si o votar no", decía.
La pregunta de la que partirán los separatistas es la de "¿Quiere que Cataluña sea un Estado independiente?". Ya la anunció hace una semana el presidente catalán como una cuestión más "clara", presumía, que la que el 9-N planteó su antecesor el expresidente Artur Mas. A partir de aquí podría haber modificaciones. Puigdemont también fijaba como límite un 30% de participación para que el referéndum pueda ser válido, sino se cumple ha dejado claro que "no estarían legitimados para declarar la independencia". En caso en que no haya ninguna intención por parte del Gobierno central de negociar el referéndum, Puigdemont ha dejado claro que lo celebrarán igualmente insistiendo en que es la "mejor vía para llegar a una solución política frente a quienes lo fían todo al trabajo de jueces o fiscales".
Palabras de Puigdemont en un desayuno informativo ofrecido por Europa Press en el que ha estado arropado por algunos miembros de su gobierno como la portavoz Neus Munté, el consejero Raul Romeva y el diputado Francesc Homs día después de que el Tribunal Supremo confirmara que le investigará formalmente por la causa del 9-N. Del resto de partidos, estaba presente en el acto, el portavoz socialista en la Asamblea de Madrid, Ángel Gabilondo, y el diputado de la marca catalana de Podemos, Marcelo Expósito el conocido como "independentista de Puertollano".
Cita con Pablo Iglesias
Precisamente el grupo de Podemos en el Parlamento catalán podría ser la clave en la organización del referéndum unilateral. El pasado viernes el líder de En Comú Podem, Xavi Doménech, no se cerraba a apoyar una consulta ilegal, y esta tarde está previsto que Carles Puigdemont mantenga una "conversación informal" con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, en una comida propuesta, según Puigdemont, por el propio secretario general de la formación morada sin que estén previstas declaraciones después para los medios. Puigdemont ha adelantado que también preguntará a Iglesias por la causa del 9N y el anuncio del Tribunal Constitucional de tumbar cualquier paso encaminado a la ruptura con España. Puigdemont ha querido restar importancia a esta cita asegurando que "no es ninguna cumbre para tratar nada", sino un intercambio de posiciones.
Niega acuerdos con Sánchez
El presidente de la Generalidad ha negado también que los independentistas catalanes hubieran acordado nada "en rincones oscuros" con el exlíder socialista Pedro Sánchez durante su intento de conseguir un gobierno alternativo. Preguntado por las informaciones que apuntan a que un pacto secreto con los separatistas podrían haber sido una de las causas de su destitución, Puigdemont ha insistido en que eso es falso asegurando que "no se han sentado nunca para urdir una estratagema". De haber sido así, ha dicho Puigdemont, y de haber mostrado Sánchez su compromiso con un referéndum, ellos hubieran facilitado la investidura para desbloquear la gobernabilidad.