Pasadas las ocho de la mañana, el presidente de la Generalidad inauguró los fastos independentistas del 6-F con una declaración "institucional" en la que descalificó el juicio a Artur Mas, Joana Ortega e Irene Rigau, afirmó que la "causa nunca debería haber acabado en el juzgado" y que "el 9-N del 14 Cataluña envió una señal. Fue un día de alegría y fortalecimiento democrático. Un país capaz de hacer el 9-N es más democrático que el que envía a los que lo hacen posible al juzgado".
El presidente concluyó su intervención apelando a la "dignidad que defenderán Mas, Ortega y Rigau no arrodillados, sino de pie". En el interior del palacio de la Generalidad estaban los aludidos, que se enfrentan a penas de inhabilitación de hasta diez años por los delitos de desobediencia y prevaricación, más el gobierno autonómico en pleno, la presidenta del parlamento y algunos diputados de Junts pel Sí y Francesc Homs, el portavoz convergente en el Congreso y también imputado en el Supremo por el 9-N. Todos formaban parte de la comitiva a la que esperaban los manifestantes a las puertas del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) con gritos de "¡Independencia!". Los organizadores de la concentración cifran la asistencia en cincuenta mil personas. Como es habitual, un éxito en contra de los límites del número de personas que caben en un metro cuadrado.
Estudiado protocolo
Perfecto protocolo. Puigdemont encabezaba la salida del palacio, con Mas a su izquierda y la presidenta del Parlamento a la derecha. Dos pasos por detrás, Ortega, con un llamativo abrigo rosa, y Rigau. Luego Junqueras y Romeva. En la plaza de San Jaime recibieron los aplausos de unas trescientas personas y realizaron el primer posado para los fotógrafos. Después emprendieron el recorrido hasta el juzgado a pie rodeados de escoltas y periodistas. Por detrás, los concentrados en la plaza. Puigdemont marcó un paso relajado. De tanto en cuanto algún "Visca la Terra!", el grito de la banda terrorista Terra Lliure adoptado por todos los sectores del independentismo.
A paso de procesión
En general predominaba el silencio mientras la comitiva en procesión por las calles de Barcelona se acercaba a los juzgados. A la altura de la basílica de Santa Maria del Mar y el "Fossar de les Moreres", se registró una parada para cantar "Els Segadors" en honor a los caídos en el asedio de 1714. En la plaza del Borne, segunda parada de la procesión con la interpretación de "L'estaca" por un reducido grupo de espontáneos.
En las calles por las que pasaba la comitiva, más indiferencia que aglomeraciones, discusiones de los escoltas con los fotógrafos. El comienzo del juicio estaba previsto para las nueve de la mañana, pero a esa hora Mas y los demás aún no habían llegado a los aledaños del TSJC. En el paseo Lluís Companys, la ANC entretenía la espera con las mejores declaraciones de los dirigentes separatistas y las instrucciones de los voluntarios de seguridad de la organización separatista. Cuando se intuyó la presencia de la caravana independentista, los concentrados entonaron "Els Segadors" tras lo cual corearon la consigna "fora, fora, fora la justícia espanyola!". Un "speaker" anunció a las 9:07 que "nuestros políticos están pasando por el Arco del Triunfo". Nueva parada y largo posado de los implicados a pocos metros de las puertas del TSJC. El primer desafío del día ha consistido en llegar con un notable retraso.
Mitin previo a las puertas del TSJC
A las 9:14, tercera parada y foto junto a un cartel con la palabra "democracia". La actriz Montserrat Carulla arengaba a las masas: "Ha llegado el momento de cambiar nuestra historia y lo decidiremos democráticamente. (...) Juntos lo lograremos". A las nueve y veinte volvía a arrancar la procesión y a 24 Mas, Ortega y Rigau subían las escaleras, saludaba a los mossos d'esquadra y volvían a posar y a recibir el homenaje de los concentrados. Entre una cosa y otra, media hora de retraso para marcar posición ante los jueces.