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¿Se barajó la opción de Pablo Casado para presidir el PP de Castilla y León?

Mañueco y Silván se enfrentan por el control del partido en la región: "Hay una batalla campal". Herrera dice que votará en blanco. 

Mañueco y Silván se enfrentan por el control del partido en la región: "Hay una batalla campal". Herrera dice que votará en blanco. 

Desde un primer momento, Pablo Casado se descartó como posible opción. El runrún de que Juan Vicente Herrera iba a dar un paso atrás se llevaba escuchando desde hacía ya bastante y, cuando lo dejó todo en el aire en la Junta Directiva del 24 de febrero, los rumores arreciaron. "Yo apuesto por la renovación, hay que dejar hueco a los nuevos rostros", no se cansó de avisar el histórico líder del PP, aunque nadie se atrevió a dar un paso adelante hasta que confirmó oficialmente que no será candidato a presidir una vez más la formación.

Han sido días de negociación soterrada y nervios. Y Casado no escapó a las ecuaciones de unos y otros. Según la dirección nacional del PP, su sitio sigue estando en Génova, donde ostenta la vicesecretaría de comunicación y ha logrado acabar con esa imagen de que el partido huye de los medios. Si bien, pocos en el PP dudan de que tiene margen para a ir a más en los próximos años. Se ha sugerido la candidatura al Ayuntamiento de Madrid pero, según avanzó El Mundo, Herrera pensó en él como su sucesor. "Si alguna vez me tiene que renovar alguien, que sea Pablo Casado", soltó José María Aznar, ante el líder regional, en uno de sus últimos mítines antes de que la fractura con Mariano Rajoy fuera ya total.

Alfonso Fernández Mañueco y Antonio Silván, que apenas una hora después del comunicado de Herrera anunciando su adiós ya habían presentado sus avales, también contemplaron la posibilidad de que Casado fuera candidato, lo que hubiera hecho menguar sus posibilidades. La "tercera vía" estuvo encima de la mesa, según corroboraron las partes implicadas. Algunas fuentes, incluso, aseguran que Herrera ofreció seguir al frente del partido si Casado era señalado como delfín. Al final, no hubo acuerdo y Herrera escribió a Rajoy una carta: "Tras 16 años al frente del PP de Castilla y León, la celebración del congreso ofrece la oportunidad más natural y razonable para mi relevo". Después, dio a conocer su decisión a los medios y, a renglón seguido, los influyentes regidores se presentaron como precandidatos.

Mañueco es secretario general del PP de Castilla y León y alcalde de Salamanca, y siempre ha contado con las simpatías de Génova. Tanto es así que, hace unos años, María Dolores de Cospedal tuvo un lapsus y le llamó "presidente" en un cónclave de altos cargos del partido y en las últimas horas mantuvo una conversación telefónica con el propio Rajoy. Por su parte, Silván es vicesecretario de Organización -esto es, el número tres- y regidor de León. La simpatía que despierta entre las bases, gracias entre otras cosas a su afable carácter, le permite albergar esperanzas.

"En estos momentos se está viviendo una batalla campal. No es comprensible que no se haya pactado una tercera vía, como ocurrió en su día con Herrera", según un alto cargo de la formación. Cabe recordar que también estuvo en las quinielas Rosa Valdeón, vicepresidenta del Ejecutivo regional con gran predicamento interno que tuvo que dimitir en septiembre de 2016 tras ser retenida por triplicar la tasa de alcoholemia. En Génova confirman los inesperados problemas y de ahí que, en el último momento, Fernando Martínez-Maillo solicitara a Herrera, con el que ha tenido más de un encontronazo, que resistiera al frente del cargo.

Con este escenario, habrá una bicefalia muy inusual en el PP. Hasta las próximas autonómicas Herrera continuará siendo presidente de Castilla y León mientras que el control del partido recaerá en Mañueco o Silván. El cónclave se celebrará el 1 de abril en Valladolid y Herrera ya ha avisado de que votará "en blanco" en las primarias, informa Óscar Gutiérrez.

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