Primero, la aprobación de las cuentas vascas. Y, a renglón seguido, un último empujón para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado. Tanto unos como otros aseguraron públicamente que una y otra cosa no están relacionadas, aunque las fuentes consultadas reconocieron que "todo influye" y que no se entendería un "sí" en el País Vasco y un "no" en el Congreso de los Diputados. "Paso a paso", se limitaron a declarar desde el palacio de la Moncloa, no sin confirmar que el plan de Mariano Rajoy es llevar el proyecto de PGE al Consejo de Ministros del próximo día 31.
Yendo por partes, el Gobierno vasco y el PP dieron un paso decisivo este martes para cerrar los presupuestos autonómicos. "Hay bases de entendimiento innegables con el PP", reconoció Josu Erkoreka. Alfonso Alonso confirmó que todo está ya prácticamente resuelto. El acuerdo fue bendecido por el propio Rajoy el pasado viernes: "Nosotros estamos dispuestos a hablar porque queremos construir y no tiene ningún sentido paralizar la aprobación de un presupuesto porque perjudica a los ciudadanos", declaró una conferencia de prensa al término del Consejo de Estado.
Tras esta fotografía, el Ejecutivo dará un impulso a las negociaciones de los Presupuestos Generales. El presidente admitió que ha mantenido contactos con dirigentes del PNV, aunque Íñigo Urkullu aseguró el pasado viernes en Radio Euskadi que todavía no ha sido convocado. Tal extremo se producirá, según la Moncloa, en caso de que los presupuestos acaben saliendo adelante. Los contactos del presidente, hasta la fecha, han sido con Aitor Esteban y con Andoni Ortuzar, tal y como avanzó el diario ABC. Cabe recordar además el papel clave que está manteniendo Soraya Sáenz de Santamaría, según precisaron las fuentes consultadas
A falta de entrar en los detalles, el Gobierno es "optimista". Pero, también, reconoce que el PNV quiere atar cuestiones que van más allá de las partidas presupuestarias. Esto es, busca más autogobierno. En este sentido, el ministerio del Interior se vio en la obligación de corregir a su secretario de Estado, José Antonio Nieto, que la pasada semana parecía abrir la puerta a cesiones en materia penitenciaria. El PP también se revolvió contra un posible movimiento en este sentido.