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El PP no logra recuperarse y declara su "vergüenza" tras la prisión de González

El entorno de Aguirre asegura que "no hay novedades" y Casado es el único miembro de la dirección del PP que da la cara por ella. 

El entorno de Aguirre asegura que "no hay novedades" y Casado es el único miembro de la dirección del PP que da la cara por ella. 

El PP intentó reaccionar y plantar cara a la corrupción después de que Mariano Rajoy hiciera el viernes como si nada ocurriera. La primera en declarar su "vergüenza" fue María Dolores de Cospedal. "Que no os cuenten historias, claro que estamos ofendidos", afirmó la número dos de los populares en el cónclave de Nuevas Generaciones. A renglón seguido, ningún vicesecretario general rehuyó la cuestión después de que el juez decretara prisión sin fianza para Ignacio González. Si bien, no llegó la noticia que muchos esperan en Génova y Esperanza Aguirre mantiene "de momento" su cargo de portavoz en el consistorio madrileño. "No hay novedades", zanjaron desde su entorno.

Solamente Pablo Casado rompió una lanza a favor de la histórica dirigente. "Es Esperanza la que toma las decisiones y confiamos y creemos en sus palabras cuando dice que no tenía ni conocimiento ni responsabilidad en estos hechos", destacó en una entrevista radiofónica. Según el equipo de Aguirre, no es el único mensaje de apoyo que ha recibido en las últimas horas por parte de dirigentes del PP, aunque estos han sido privados. "Sin noticias", corroboraron las partes implicadas sobre la posibilidad de que acabe dimitiendo. Las fuentes consultadas utilizaron un día más la coletilla "de momento".

Con Aguirre resistiendo y los ánimos todavía por los suelos, el PP articuló por fin una respuesta ante la "durísima" semana sufrida. Varios cargos quedaron estupefactos al escuchar la intervención de Rajoy el viernes ante los jóvenes populares. "La gente del PP no se porta mal nunca", les dijo. Un día después, con González ya entre rejas, la cúpula de la formación no esquivó la corrupción. Cospedal fue contundente y la ovacionaron por ello. "Nos ha avergonzado y nos avergüenza a todos", aseguró, sin citar expresamente a González. Fernando Martínez-Maillo, Javier Maroto, Javier Arenas o el citado Casado, que también participaron en el cónclave que se celebró en Sevilla, utilizaron términos parecidos.

El mensaje que se quiso transmitir a la opinión pública fue el siguiente: primero, mostrar la repulsa del partido por las tramas que han enfangado sus siglas pero, a partir de ahí, tratar de levantar la cabeza argumentando que no todo el cesto está podrido y que con el PP en el Ejecutivo se investigan y castigan los casos de corrupción "los cometa quien los cometa". "No voy a consentir que el comportamiento de algunos" se trate de aplicar o atribuir "a todo el PP", sentenció Cospedal. "No podemos aceptar que haya una descalificación global de la política", añadió Arenas.

Maroto fue un paso más allá. "Afortunadamente hay muchos valientes en el PP", aseveró, en relación a Cristina Cifuentes, que ayudó a destapar el escándalo. "Hay que depurar desde dentro" y tener "tolerancia cero", recetó. Cabe recordar las distintas teorías sobre el fuego amigo que ya publicó este diario. Casado, por su parte, lanzó un mensaje a los jóvenes del partido: "Hay que salir del congreso pisando fuerte, con la cabeza muy alta y reclamando el orgullo de ser del PP".

Si bien, una vez bajaban del atril, algunos de los oradores admitieron en charlas informales que "la cosa está para pocas risas". Cospedal llegó y se fue rápidamente, sin querer atender a los medios de comunicación. "Está siendo muy duro, y lo peor es que esto no acaba aquí. La semana que viene seguirá y nadie nos dice que no será peor", en palabras de un alto cargo de Génova. Y, un día más, los anuncios económicos quedaron solapados por la corrupción.

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