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El batacazo socialista en Francia es utilizado por Susana Díaz contra sus adversarios internos

La presidenta andaluza insiste en el que advierte que nacionalismos y extremismos conducen al PSOE al desastre.

La presidenta andaluza insiste en el que advierte que nacionalismos y extremismos conducen al PSOE al desastre.
Díaz, en un Comité Federal del PSOE | EFE

Según se desprende del argumentario repetido por la lideresa andaluza y su equipo más íntimo en las últimas horas, los resultados de las elecciones francesas, en las que el Partido Socialista sólo ha obtenido un 6% de los votos, quedando por debajo del podemismo francés de Jean-Luc Mèlenchon, indican con claridad que, si el nacionalismo o el extremismo contaminan al socialismo español, será el fin de la hegemonía socialista.

En clave interna, la ecuación se formula de otro modo. Por resumir, digamos que podría expresarse diciendo que, si Pedro Sánchez logra acercar al PSOE a la extrema izquierda podemita y al nacionalismo periférico español, sobre todo el catalán, el resultado electoral de las próximas elecciones podría ser un desastre para el PSOE.

Es la tesis que han defendido en las últimas horas la propia Susana Díaz y su secretario de Organización y cerebro estratégico, Juan Cornejo. Sabida es la habilidad del socialismo andaluz para "interpretar" a su favor cualquier tipo de resultados, pero esta vez es llamativo que la reacción evidente y el resurgimiento de un centrismo moderado y más liberal en Francia no sea siquiera mencionado en sus deducciones.

Díaz, lo ha expresado de este modo: "Cuando el PSOE sigue su camino en contra de la austeridad, con rigor y a favor de las personas, la gente nos apoya; pero, cuando nos deslizamos hacia posiciones más radicales, populistas, entonces, la gente se aleja de nosotros y no nos vota". Así lo ha recogido El Mundo.

La catástrofe… tras las primarias

Juan Cornejo, el encargado de decir lo que no debe decir Susana Díaz, ha situado el momento inicial de desastre francés en las primarias socialistas que ganó Benoît Hamon, un izquierdista que derrotó a Manuel Valls, ex primer ministro de François Hollande. En sus palabras: "Hay que remontarse a las primarias, porque se ha constatado que cuando el Partido Socialista y sus líderes se acercan a iniciativas nacionalistas y al populismo, la gran mayoría de los ciudadanos le retiran la confianza y se divide el voto".

De este modo, se sigue asociando a Pedro Sánchez al arquetipo del perdedor de elecciones como su amigo Hamon y a posiciones nacionalistas e izquierdistas, algo que el propio Sánchez se empeña en acentuar como hizo este pasado fin de semana en Cataluña blandiendo la teoría de Cataluña como una nación dentro de la nación española.

Seguramente, la ambigua posición del PSC, que en Madrid dice una cosa pero que en Cataluña hace otra bien distinta como, por ejemplo, apoyar la tesis de Pedro Sánchez, es lo que ha motivado la inesperada reacción de un ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero que, además de identificar la figura de Susana Díaz con la de Carmen Chacón, sugería un complot de un sector del socialismo catalán contra la andaluza, precisamente por ser andaluza y mujer.

Por otro lado, sobre la defensa que hace Pedro Sánchez de Cataluña como "nación", se ha remitido a la Declaración de Granada de 2013. "Habrá que preguntarle por qué modifica esa posición. Y cuando se habla de nación, ¿cuántas hay? ¿17? Y si el resto no lo son, ¿qué vamos a tener? ¿dos modelos?", ha dudado el número 2 de Susana Díaz.

Inconsistencia política

Como es costumbre, el mazo político lo ha sacudido Juan Cornejo que ha subrayado la inconsistencia política de Pedro Sánchez que firmó la declaración de Granada de 2013 y que, ahora, en primarias, cambia de posición y habla de "nación catalana" y de autodeterminación.

En La Vanguardia, como es natural, se han hecho eco de sus apreciaciones sobre la conducta de Pedro Sánchez. Según Cornejo, la Declaración de Granada defiende un estado federal que tiene en cuenta la singularidad de cada territorio español. Esta es la posición que, según Cornejo, ha alterado Pedro Sánchez.

Añadió que cuando alguien defiende el término nación, hay que poner algunas preguntas encima de la mesa: si considera que "hay 17 naciones" en España y, si no es así, si entiende que hay que tener "dos modelos", donde unos territorios sean naciones y otros no.

Además, precisó que cuando se defiende el carácter de nación de una comunidad se tienen que pensar las consecuencias jurídicas, económicas o competenciales y explicarlo. Si fuera un mero cambio de nombre, sería un engaño político.

Una caída del voto socialista por explicar

Si quien hubiera perdido votos en España fuese sólo Pedro Sánchez, podría tenerse en cuenta la interpretación política del socialismo andaluz sobre las elecciones francesas. Pero los hechos son testarudos.

En las elecciones generales de 2011, el PSOE andaluz obtuvo 1.594.893 sufragios. En las elecciones autonómicas de 2012, que ganó el PP, el PSOE de Andalucía bajó hasta los 1.523.465. En las elecciones andaluzas de 2015, ya con Susana Díaz al frente del PSOE andaluz, el PSOE sólo obtuvo 1.409.042 votos. En las elecciones generales de 2015, el PSOE bajó a 1.400.399 sufragios. En las elecciones generales de 2016, también con Susana Díaz al frente, el PSOE ya tenía un suelo de 1.324.742 votos.

Si comparamos las elecciones europeas, en 2009, el PSOE logró 1.349.638 votos en Andalucía y en 2014, ya con Susana Díaz en el puente de mando, sólo 937.319.

En conclusión, el PSOE andaluz, no contaminado por el nacionalismo y el extremismo según sus líderes, pierde votos físicos desde hace seis años de manera ininterrumpida. Lo que sí es cierto es que ese descenso en número de apoyos es menos intenso y traumático que el que sufre a nivel nacional. Pero ganar votos, tampoco los gana.

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