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Los exconsejeros se reivindicaron ante Lamela como "cristianos" y "pacifistas"

Filtran las comparecencias de Junqueras y los consejeros que se presentaron ante la Audiencia Nacional.

"No, nunca y jamás" fue la respuesta de Oriol Junqueras a la pregunta de su abogado, Andreu Van den Eynde, sobre si alguna vez había convocado, incitado o justificado algún acto de violencia. El líder republicano comparecía el pasado 2 de noviembre ante la juez Carmen Lamela en la Audiencia Nacional y se acogía a su derecho a no responder más que a su abogado. Los audios de las vistas han sido publicados por el diario separatista Ara.

De entrada, el letrado aludía a la fianza de 6,2 millones de euros, que son los que la Generalidad habría destinado al referéndum ilegal del pasado 2 de octubre. Según Junqueras, no se había gastado ni un duro en la consulta y afirmaba que así consta en la certificación de la intervención general de la administración autonómica. Acto seguido, la pregunta sobre la violencia, una cuestión que hizo aflorar el lado más espiritual del exvicepresidente de la Generalidad. Tras decir que "no, nunca y jamás" había alentado ni participado en acciones tumultuarias, añadía: "Y por muchas razones; una de ellas es por convencimiento personal. Yo soy creyente y por lo tanto cualquier cosa relacionada con la violencia me parece fuera de lugar. No sé si tengo que desarrollar algo más, pero puedo desarrollarlo como haga falta". Para acabar el trance, Junqueras quiso "insistir en mis convicciones que me impiden cualquier acto violento".

Idéntico patrón en las respuestas

Fue el mismo patrón que siguieron los letrados de todos los exconsejeros y ninguno de los investigados se salió del guion. Todos sin excepción alegaron que no habían tenido tiempo de leer detenidamente la querella ni preparar la defensa, que la citación y el documento judicial les había llegado con menos de veinticuatro horas de antelación y en festivo y que rechazaban de plano la violencia.

El siguiente en comparecer fue el exportavoz de la Generalidad, Jordi Turull, quien a la pregunta de rigor sobre la participación o convocatoria de actos que impidieran a las autoridades judiciales o la policía cumplir con sus mandatos respondió: "No, en mi vida. Ni en mi vida política ni personal. Nunca he defendido la violencia. Todos mis pronunciamientos han sido a favor de la palabra civismo y pacifismo. Para mí la violencia no es justificable en ninguna situación. En Cataluña el 99% de las personas, piensen lo que piensen, no son violentas".

Más breve fue la republicana Dolors Bassa: "Soy maestra de la escuela cristiana de Torroella de Montgrí y mis principios son contrarios a la violencia". Josep Rull se extendió algo más: "Jamás. Mi compromiso político pasa por una defensa de mis ideales, unos ideales legítimos, siempre desde una actuación radicalmente pacífica. No puedo entender el ejercicio de la política y el servicio público que no pase por este compromiso insobornable por la democracia y la libertad.

Carles Mundo, ex titular de Justicia por ERC, respondió a las preguntas de todos los abogados de la defensa en la misma línea que los anteriores, pero abundó respecto a la partida presupuestaria del referéndum que tal epígrafe había sido anulado por el Tribunal Constitucional y que "la intervención general acordó el bloqueo de esa partida y nunca se dispuso de ninguna cantidad. Era una cosa conocida que esta partida quedó bloqueada".

Romeva: 25 años de pacifismo

El ex "ministro" de Exteriores, Raül Romeva presumió de llevar "25 años militando en la objeción de conciencia, en el pacifismo, en la lucha por los derechos fundamentales de forma pacífica y democrática, de modo que ni por asomo (participó o convocó actos tumultuarios). Rotundamente no".

El abogado de los convergentes, Jaume Alonso-Cuevillas, personalizó la pregunta para Joaquim Forn, exconsejero de Interior, quien pudo responder que en su calidad de responsable de los Mossos d'Esquadra: "Siempre he dicho que los mandatos judiciales hay que cumplirlos". Meritxell Borràs, la única de los encarcelados que no se presenta en ninguna lista electoral, repitió el rechazo genérico de la violencia que llevaron a cabo sus compañeros.

Sólo Santi Vila, que dimitió de su cargo un día antes de la proclamación de la república en el parlamento regional, quiso contestar a las preguntas de los fiscales y la juez y fue puesto en libertad bajo fianza tras expresar sin ambages su acatamiento de la Constitución y de su artículo 155.

El abogado de ERC, Andreu Van den Eynde, trató de evitar el encarcelamiento de sus clientes con el argumento de que no había riesgo de fuga, que Carles Mundo ya se había dado de alta en la Seguridad Social para volver a su despacho profesional y que ninguno de los exconsejeros había vuelto a sus despachos tras la entrada en vigor del 155 y que la reiteración delictiva "parece a todas luces imposible".

Respecto al acatamiento del artículo 155 resultan más claros los recursos de los defensores en los que se solicita la puesta en libertad de sus clientes. En dichos recursos se arguye además que la participación en las elecciones de los exconsejeros es una evidencia más de que aceptan el orden constitucional.

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