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Puigdemont y Junqueras dicen que renuncian a la vía unilateral para esquivar a la Justicia

Las candidaturas encabezadas por los golpistas pactan vender una independencia acordada con el Estado durante la campaña electoral.

Las candidaturas encabezadas por los golpistas pactan vender una independencia acordada con el Estado durante la campaña electoral.
Foto de archivo de Junqueras y Puigdemont | EFE

Puigdemont y Oriol Junqueras descartan en este momento procesal la vía unilateral. En la superficie, sus partidos han llegado a un acuerdo para incluir en sus programas electorales para el 21-D puntos conjuntos contrarios a la estrategia seguida hasta ahora.

Las listas de ERC y Junts per Catalunya abogan por "alcanzar una negociación bilateral con el Estado y con la UE para que se haga posible el acceso de Cataluña a la plena independencia y la efectiva y pacífica articulación democrática hacia la república catalana". Aparentan dar por descartada la unilateralidad e incluso reconocen que es necesario ampliar la base social del separatismo, por lo que proponen "un gran acuerdo de país, que con voluntad democrática y vocación constituyente, ensanche por medios de instrumentos de toma de decisión y debates participativos la amplia mayoría ciudadana partidaria de que Cataluña pueda ejercer libremente la autodeterminación".

Representantes de ambas candidaturas han llegado a un apaño de mínimos y de compromiso. Las estrategias judiciales de presos y fugados han propiciado un pacto para rechazar el artículo 155, exigir la liberación de los encarcelados, que se cancelen todos los procedimientos judiciales, se retiren los guardias y policías desplazados en Cataluña, que el Gobierno se comprometa a reconocer los resultados de los próximos comicios y que cese la fuga de empresas.

Brindis al sol

La inquina que se profesan los principales dirigentes de los partidos separatistas impidió la confección de una candidatura conjunta y ha alumbrado un brindis al sol con el que se pretende esquivar la remota hipótesis de una ilegalización.

Los letrados de los consejeros del PDeCAT presos alegan que sus clientes acatan el 155 y no fueron a sus despachos tras su aplicación. El defensor de ERC aduce que Junqueras se da por cesado y pide la libertad para hacer campaña.

Puigdemont rechaza el sueldo

De cara a la galería, Puigdemont resiste en Bruselas. Renuncia a su sueldo como expresidente de la Generalidad, pero se queda con el de ex diputado. No acepta la aplicación del artículo 155. Aún se cree el "president" a pesar de que hasta los exconsejeros de su partido que no están en Bruselas han "dimitido" para agilizar su excarcelación.

Tampoco se ha registrado Puigdemont y el resto de los huidos en el censo consular para poder votar desde Bruselas. En su "exilio" belga, el líder golpista no acepta contactos con medios españoles no catalanes.

Companys y la corrupción

La unidad separatista es un espejismo. La pugna entre Puigdemont y Junqueras marca las maniobras de los partidos y entidades del proceso. El ex presidente arenga en Instagram a la manera de Companys: "Volvemos a resistir, volvemos a luchar, volveremos a ganar". Desde Estremera, Junqueras ha publicado en los medios separatistas una epístola en la que subraya que su lista no está tocada por la corrupción.

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