El principal partido político de España es ya residual en Cataluña. Nada surtió efecto para frenar el trasvase de votos a Ciudadanos. El PP cayó estrepitosamente perdiendo incluso el grupo parlamentario. Solo retiene 3 escaños en la Cámara Autonómica, todos por Barcelona. Un golpe durísimo para Xavier García Albiol, pero también para Mariano Rajoy. El presidente tomó el timón de la campaña para tratar de salvar los muebles sin cosechar éxito alguno. Funeral en Génova13.
Rajoy quiso rentabilizar la aplicación del artículo del 155 y se envolvió en la bandera de España para tratar de retener el voto. Acudió a todas las provincias de Cataluña repitiendo el mensaje de que el verdadero voto útil era al PP. El último día de la campaña estuvo en Figueras, Gerona y Barcelona. Albiol, a su lado, no paró de elogiarle. Pero llegó la hora de votar y el PP fue prácticamente barrido del mapa. "Un desastre", en palabras de un miembro de la cúpula.
El PP se resignó, no sin una enorme frustración, a su nuevo sitio en Cataluña mientras su líder nacional no apareció ante las cámaras. Este viernes se verá cara a cara con sus barones en el Comité Ejecutivo y, en privado, empezaron a escucharse las primeras críticas. "Hay que tomar decisiones urgentes", reconoció un miembro del PPC. A Albiol, que en teoría acudirá a la cita, las fuentes consultadas le ven dimitiendo. Como recambio se nombra con insistencia a Dolors Montserrat, la actual ministra de Sanidad.
Desde el inicio de la noche electoral, el ambiente fue lúgubre tanto en Génova como en el hotel de la ciudad condal en el que se instaló el candidato. Los trackings ya apuntaban a un batacazo monumental, pero Albiol se resistió a creer hasta el final que podría perder el grupo parlamentario. Su objetivo inicial era repetir resultados y conservar los 11 escaños que tenía hasta ahora. "Ha sido un muy mal resultado. No podemos sentirnos orgullosos", zanjó el protagonista, en una comparecencia pasadas las 11 de la noche.
Andrea Levy, Alicia Sánchez-Camacho y Montserrat aparecieron junto a Albiol con los rostros desencajados. También el resto de miembros de su candidatura se mostraron desolados. El líder regional no dimitió pero reconoció que el PPC hará "un análisis" sobre lo ocurrido "en los próximos días y semanas". Esto es, dejó la puerta abierta a dar un paso atrás. "Me siento muy orgulloso del PP", proclamó, no sin señalar a Ciudadanos como culpable de la mayoría independentista. "La alegría les durará 5 minutos. Ellos, como nosotros, estaremos en la oposición", remató el candidato del PP.
En Génova, las críticas a Ciudadanos fueron a más al comprobar que se quedaban sin escaños en Lérida, Gerona y Tarragona. "Se han equivocado, querían ganar solos al independentismo y se han comido al PSC y al PP", lamentaron al más alto nivel. "Nuestros escaños eran limítrofes con los independentistas", enfatizaron, insistiendo en la idea de que el partido naranja es en parte responsable de que los separatistas puedan volver a gobernar. Rajoy delegó en Pablo Casado las explicaciones y el PP no aclaró si este viernes dará la cara al término del Comité Ejecutivo. Cero autocrítica más allá de reconocer el catastrófico resultado.