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Los reproches internos, que van a más, y los dardos de Rato convulsionan al PP

A la crisis interna por el caos de la AP-6 se unen las explosivas declaraciones de Rato. Rajoy evita polémicas y se centra en su discurso económico.

A la crisis interna por el caos de la AP-6 se unen las explosivas declaraciones de Rato. Rajoy evita polémicas y se centra en su discurso económico.
Rajoy, este martes, sonriente con inversores en un foro económico | Moncloa

El inicio del curso político está siendo muy complicado para el PP. Y los reproches se suceden observándose una brecha cada vez mayor entre el Ejecutivo y el partido que lo sustenta. La gestión del caos de la AP-6 ha evidenciado, a ojos de diputados y altos cargos de la formación, que los ministerios de Interior y Fomento no estuvieron a la altura de las circunstancias. Arrecian las críticas internas contra Gregorio Serrano, el director de la DGT, y hay quienes creen que ya debería de haber dimitido. La comparecencia de Rodrigo Rato en el Congreso, disparando contra Luis de Guindos y otros miembros del gabinete, acabó por convulsionar completamente al partido, incapaz de recuperar la iniciativa.

Mientras, Mariano Rajoy hizo como si nada fuera con él. Protagonizó un acto a primera hora de la mañana con inversores procedentes de diez países para intentar impulsar su presencia en España. Consideró "intachable" su gestión en Cataluña y enumeró éxitos económicos. Su intervención apenas tuvo eco en tertulias de radio y televisión, centradas en los líos que afectan a su partido, y de los que no dijo nada. Este miércoles, recuperará su agenda internacional desplazándose a Roma para participar en una cumbre de países del sur de la Unión Europea. En principio, no tiene previsto contestar preguntas de los periodistas.

"Tranquilidad", no se cansó de repetir su entorno más próximo, que recordó que ha convocado una Junta Directiva para el día 15 –Fernando Martínez-Maillo se reunió este martes con cargos del partido para preparar la cita– en la que se esperan anuncios potentes para tratar de marcar perfil político y frenar el ascenso de Ciudadanos. Si bien, hasta entonces, el pesimismo sigue más que latente entre parlamentarios y dirigentes del PP, que acusan directamente al Gobierno de estar parado y no llevar ningún proyecto importante a la mesa del Consejo de Ministros. "Tenemos ministros fantasma", en palabras de un veterano popular. "No hacen ni dicen nada. Evitan sobresalir, no se arriesgan", según su diagnóstico.

La gestión de la nevada del pasado fin de semana ha puesto al borde del precipicio a Serrano, hombre de confianza de Juan Ignacio Zoido. Según Moncloa, Rajoy no tiene ninguna intención de forzar la salida del máximo responsable de la DGT. Si bien, fuentes de la dirección nacional reconocen que cometió errores importantes en la gestión de la crisis, como culpar a los conductores del caos. Tampoco ayudó, según la tesis de Génova, que tratara de "ocultar" que estaba en Sevilla y no en Madrid en el momento del monumental colapso en la AP-6.

El silencio de Santamaría

En todo caso, las críticas al Gobierno dentro del propio PP van mucho más allá de Serrano. Las fuentes consultadas suspenden a Íñigo Méndez de Vigo por su papel al frente de la portavocía, y destacan que ministros como Alfonso Dastis, Isabel Tejerina o Álvaro Nadal están completamente desaparecidos. Capítulo aparte se le dedica en el partido a la enemistad entre Soraya Sáenz de Santamaría, hoy más silente que nunca tras la hecatombe electoral en Cataluña, y María Dolores de Cospedal. "Rajoy debería de poner orden de una vez por todas", afirma un parlamentario. "Es evidente que Soraya tiene una responsabilidad muy grande en la gestión de la situación en Cataluña y, desde las elecciones, ha optado por desaparecer", según un enemigo de la vicepresidenta.

En Génova interpretan que si el Ejecutivo no se mueve poco pueden hacer desde el partido. Y reclaman recuperar la agenda reformista y defender nuevos proyectos aunque después la oposición los tumbe el Congreso. "Por lo menos, todos quedaremos retratados", según las fuentes consultadas. En el comité de dirección del lunes, Rajoy anunció que pretende reactivar las negociaciones para alcanzar acuerdos sobre pensiones, educación y el modelo de financiación autonómica. También se implicará personalmente para poder sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado del presente año. "Desde el partido todo se ve más fácil. Ellos no tienen que tomar decisiones", se revolvió un alto cargo gubernamental.

En este contexto, ya de por sí complejo para el PP, apareció Rato en la Cámara Baja dispuesto a ajustar cuentas con sus otrora compañeros de partido. Atacó principalmente a Guindos pero tampoco quedaron indemnes Fátima Báñez, Rafael Catalá o Cristóbal Montoro. En síntesis, acusó al Ejecutivo de urdir un plan para provocar su caída. "Báñez le dijo a mi secretaria que se fuera separando de mí", declaró a micrófono encendido. "Ha sido tremendo", resumió un miembro de la cúpula una vez concluida su comparecencia. Ya en su día, como publicó este diario, cargos populares apuntaron directamente a Rajoy por el "escarnio público" al exvicepresidente.

"Desde el respeto, quería trasladarle mi tristeza y mi pena porque una persona como usted, al que muchos españoles han admirado, acabe como está acabando", reaccionó el responsable del PP en la comisión, Miguel Ángel Paniagua. "¿No se da cuenta del daño que le ha hecho a nuestro partido y a la clase política?", añadió. Con Rato ya saliendo de la Cámara Baja, Báñez se apresuró a desmentir sus acusaciones. "Es completamente falso", trasladó su equipo.

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