Lagartos, bacterias, hongos...

Las 10 nuevas especies más extrañas

El Instituto Internacional para la Exploración de las Especies -IISE-, de la Universidad Estatal de Arizona -EEUU-, acaba de publicar la lista de las diez nuevas especies más interesantes descubiertas durante el último año. De entre las 18.000 que fueron catalogadas en 2013, esta decena destacan por sus rarezas o por el enorme peligro de extinción que corren. Caracoles sin ojos, anémonas antárticas o lagartos expertos en camuflaje son algunos de los protagonistas de esta galería.

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Olinguito (Bassaricyon neblina)

Aquí tienen al olinguito, un pequeño carnívoro de la familia de los prociónidos que habita en las zonas montañosas de Colombia y Ecuador. Este mamífero arbóreo, primo del mapache, se encuentra en grave peligro de extinción. Su mayor enemigo: la brutal deforestación que sacude la zona en la que vive.

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Drago de Kaweesak (Dracaena kaweesakii)

Tailandia y Birmania se reparten los escasos 2.500 ejemplares que quedan del drago de Kaweesak, una especie que había pasado desapercibida para la ciencia hasta el año pasado. Se trata de un árbol que puede alcanzar los doce metros de altura en el que destacan sus hojas en forma de espada con bordes blancos y sus flores, de color crema con filamentos de un naranja brillante.

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Anémona de Andrill (Edwardsiella andrillae)

Este invertebrado debe su nombre al equipo de investigadores que la descubrió mientras perforaba hielo de un glaciar en la barrera de Ross, en la Antártida: el Antartic Geological Drilling Program (ANDRILL). Esta pequeña anémona -no supera los 2,5 centímetros- entierra su cuerpo en el hielo y despliega sus tentáculos en el agua.

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Camarón esquelético (Liropus minusculus)

Este pequeño crustáceo fue descubierto en la isla de Santa Catalina, en la costa sur de California. Como pueden comprobar en la imagen, su exoesqueleto translúcido parece una estructura ósea. Es la especie más pequeña del género Liropus: el macho mide 3,3 milímetros; la hembra, 2,1 milímetros.

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Hongo naranja (Penicillium vanoranjei)

Este primo de la penicilina fue descubierto en Túnez por un grupo de científicos holandeses. Se distingue por su brillante color naranja y produce una matriz extra-celular parecida a una lámina que puede funcionar como protección contra la sequía. Fue bautizado así como homenaje a la familia real holandesa, concretamente, al Príncipe de Orange.

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Gecko de cola de hoja (Saltuarius eximius)

Descubierto en los terrenos rocosos en la cordillera Melville, en el noreste de Australia, este primo de las salamanquesas destaca por su gran capacidad de camuflaje. A diferencia de otras especies del género Saltuarius, posee unas extremidades más largas, un cuerpo más delgado y unos ojos de mayor tamaño.

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Protozoo mediterráneo (Spiculosiphon oceana)

Descubierto por científicos de Oceana y el CSIC en la montaña submarina de Seco de Palos, a 30 millas de la costa murciana. Es una de las especies unicelulares de mayor tamaño, alcanzando los cuatro centímetros. Sobrevive gracias a las espículas silíceas, fragmentos de esponja que usa para construir alrededor de su "cuerpo" una especie de concha. Se alimenta de los pequeños invertebrados que quedan atrapados en su estructura.

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Bacteria (Tersicoccus phoenicis)

Esta criatura fue descubierta en dos salas blancas distintas -espacios diseñados para obtener bajos niveles de contaminación-, una de la NASA en Florida y otra de la Agencia Espacial Europea en la Guayana francesa. El Tersicoccus phoenicis sobrevive en condiciones extremas: altas temperaturas, grandes cambios en el Ph o grandes exposiciones de rayos UVA.

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Avispa campanilla (Tinkerbella nana)

Habitante de los bosques de Costa Rica y bautizada en honor al hada de Peter Pan por la forma de sus alas. Es uno de los insectos conocidos más pequeños: mide 250 micrómetros. Las Mymaridae son un género de avispas parásitas que atacan los huevos de otras especies y viven tan solo unos pocos días.

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Caracol de bóveda (Zospeum tholussum)

A 900 metros de profundidad, en las cuevas croatas de Lukina Jama-Trojama, vive este caracol sin ojos -no los necesita dada la ausencia de luz- y sin pigmentación alguna. Aunque mide solo 2 milímetros, es capaz de recorrer grandes distancias... adhiriéndose a otros animales, como grillos o murciélagos.