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El Dos de Mayo en el arte

Los acontecimientos heroicos y terribles del Dos de Mayo de 1808 y los días posteriores en Madrid no sólo dieron paso a la Guerra de Independencia y fueron el germen de la nación española, sino que tuvieron, sobre todo a través de Goya, un gigantesco impacto en la historia del arte y, especialmente, de la pintura.

El 3 de mayo en Madrid - Goya
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El 3 de mayo en Madrid - Goya

Otra de las novedades que introduce Goya en sus visiones del Dos y el Tres de Mayo es su tratamiento del acontecimiento con un punto de vista al que luego nos ha acostumbrado la fotografía, acercándose a lo que un siglo más tarde empezaría a ser el fotoperiodismo. Ese "momento decisivo" -como diría Cartier-Bresson- da ambos cuadros y sobre todo a estos fusilamientos una carga dramática tal que el observador espera escuchar de un momento a otro la descarga de los mosquetones franceses.

El Coloso - Seguidor de Goya
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El Coloso - Seguidor de Goya

Atribuido durante todo el siglo XX al propio Goya, un estudio de 2008 descartaba la autoría del de Fuendetodos y lo atribuía a Asensio Juliá. En cualquier caso, el cuadro ha quedado como una representación irónica de la guerra en general -y la de 1808 a 1814 en particular- y sus consecuencias para el pueblo. En la pintura se encuentran algunos elementos cuya significación ha sido motivo de múltiples explicaciones, como las reses que corren en contra de la corriente de la gente y sobre todo, el burro parado del primer plano.

La lucha con los Mamelucos - Goya
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La lucha con los Mamelucos - Goya

Descubrir ahora la importancia de Francisco de Goya en la historia del arte sería poco menos que ridículo, pero sus obras alrededor del Dos y el Tres de Mayo revelan una faceta del genio que quizá sí es importante destacar: probablemente por primera vez en la historia la pintura no se dedicaba a retratar hechos religiosos o mitológicos ni acontecimientos de carácter estrictamente militar o protagonizados de una u otra forma por el poder -como las coronaciones, las batallas o momentos como la famosa rendición de Breda de Velázquez-. El Dos de Mayo, como también se conoce esta obra, fue un encargo dentro de las conmemoraciones por la vuelta del Rey a Madrid y se trata de un conjunto con Los fusilamientos del Tres de Mayo.

Defensa del Parque de Artillería de Monteleón - Joaquín Sorolla
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Defensa del Parque de Artillería de Monteleón - Joaquín Sorolla

De los sucesos del Dos de Mayo el que sin duda ha generado una iconografía más rica fue la defensa del Parque de Artillería de Monteleón, en la que alcanzaron la fama, y la muerte, los capitanes Luis Daoíz y Pedro Velarde. La pintura histórica, un género muy exitoso en el S XIX español se ocupó del episodio en múltiples ocasiones, como en este lienzo de Sorolla que, pese a estar muy lejos del estilo que solemos asociar con su pintura, le valdría una medalla de la Exposición Nacional. En el cuadro podemos ver los los últimos momentos de Pedro Velarde, junto a la rueda del cañón, con Daoíz a su izquierda. El cuadro está en el Museo Balaguer, Villanueva y Geltrú.

Muerte de Daoíz y defensa del Parque de Monteleón - Manuel Caballero
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Muerte de Daoíz y defensa del Parque de Monteleón - Manuel Caballero

Este cuadro de Manuel Caballero es un buen ejemplo de esa pintura histórica española del XIX y de cómo trató la heroica defensa del Parque de Artillería de Monteleón el 2 de mayo. Es obra de Manuel Caballero, un pintor que destacó sobre todo por sus obras costumbristas. El lienzo se guarda también en el Museo del Prado.

La Puerta del Sol - Grabado de la época
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La Puerta del Sol - Grabado de la época

Como bien reflejaba la Carga de los Mamelucos de Goya, la Puerta del Sol fue uno de los lugares de Madrid en los que más violentos enfrentamientos de la jornada del Dos de Mayo. Este grabado refleja parte de esas batallas desde una perspectiva que hoy nos cuesta reconocer pues la Iglesia del Buen Suceso al fondo, ya no se conserva. El grabado nos muestra el desorganizado pueblo de Madrid haciendo frente a las fuerzas de caballería francesa.

Malasaña y su hija - Eugenio Álvarez Dumont
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Malasaña y su hija - Eugenio Álvarez Dumont

La historia de Manuela Malasaña y su padre, vallecanos de pro, fue uno de los ejemplos de heroísmo que se hicieron muy populares entre el pueblo de Madrid y luego han sido objeto de representación artística. Como en este cuadro del pintor historicista y costumbrista Eugenio Álvarez Dumont, que recoge una de las versiones de la muerte de padre e hija -según otros cayeron ante las cargas de los fusileros-. Eugenio Álvarez Dumont era un pintor que hizo de los temas alrededor de la Guerra de la Independencia su gran especialidad.

El Tres de Mayo - Vicente Palmaroli
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El Tres de Mayo - Vicente Palmaroli

Palmaroli fue un pintor historicista pero que tenía un acercamiento a los temas personal y bastante peculiar para su tiempo (nació en 1834 y murió en 1896): el gran momento histórico es retratado en escenas intimistas con personajes populares como protagonistas más habituales. Así es en este cuadro que recuerda al Tres de Mayo a través del momento terrible de enterrar a los muertos. De fondo, a la izquierda el Palacio Real y en el centro una iglesia, probablemente San Francisco el Grande. La obra se guarda en el Museo Municipal de Madrid.

Carga de la caballería de la Guardia Imperial - Maurice Orange
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Carga de la caballería de la Guardia Imperial - Maurice Orange

Aunque la Guerra de la Independencia no fue su episodio más glorioso -y por tanto la iconografía artística eligió generalmente otros motivos- algunos artistas sí se ocuparon de momentos del conflicto, como el pintor y grabador Maurice Orange que recogía con este grabado los sucesos del Dos de Mayo. La imagen refleja bien, sin duda, la inusitada violencia de los enfrentamientos.

Un episodio del sitio de Zaragoza - César Álvarez Dumont
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Un episodio del sitio de Zaragoza - César Álvarez Dumont

De lo ocurrido en la guerra fuera de Madrid los sitios de algunas ciudades fueron lo que captaron más captó la atención de los artistas del S XIX, que veían en ellos no sólo la posibilidad de reproducir acontecimientos históricos sino de dar el protagonismo a los tipos populares típicos del costumbrismo también muy en boga. De todos los sitios los más reproducidos fueron, por supuesto, los de Zaragoza y Gerona, los más importantes y los que inmortalizó también Galdós en sus Episodios Nacionales.

Defensa de San Agustín - César Álvarez Dumont
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Defensa de San Agustín - César Álvarez Dumont

La defensa de Zaragoza fue una de las batallas fue una de las batallas más encarnizadas que se han librado jamás en España. La valentía y el arrojo de los defensores llegó a hacer decir al general francés que dirigía el sitio que "no se parece en nada a nuestras anteriores guerras", y lo hacía en una carta a Napoleón. El convento de San Agustín fue un bastión estratégico importante en la batalla, por lo que se reprodujo en obras como esta de César Álvarez Dumont, hermano de Eugenio. El cuadro está en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza

Agustina de Aragón - Ruínas de Zaragoza
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Agustina de Aragón - Ruínas de Zaragoza

El general que comandaba la defensa de Zaragoza, Palafox, hizo llegar a la ciudad a dos pintores, Juan Gálvez y Fernando Brambila, ambos profesores de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, para que documentaran los hechos. El resultado fue un impresionante reportaje gráfico con 36 grabados: 12 de personajes destacados, 12 escenas de la batalla y otras 12 que mostraban el estado de ruina en el que quedó la ciudad, que antes de los sitios era considerada una de las más bellas de España.

Ruinas del seminario - Ruinas de Zaragoza
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Ruinas del seminario - Ruinas de Zaragoza

Este impresionante estampa de la serie nos ofrece una visión impactante del estado de la ciudad durante los combates. Zaragoza, que era conocida como "la Florencia española", es hoy en día una de las grandes ciudades españolas que menor patrimonio histórico conserva más allá de los grandes edificios o de interesantes descubrimientos arqueológicos posteriores.

El Pilar no se rinde - Federico Jiménez Nicanor
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El Pilar no se rinde - Federico Jiménez Nicanor

Federico Jiménez Nicanor fue un pintor e ilustrador madrileño que también le dedico al menos una obra al heroísmo de Zaragoza. Esta es su obra, pintada en 1886 y titulada El Pilar no se rinde. Como muchas de su época destaca por su realismo y crudeza. Actualmente el cuadro se puede ver en el Museo de Zaragoza, aunque es propiedad del Prado.

El gran día de Gerona - César Álvarez Dumont
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El gran día de Gerona - César Álvarez Dumont

Gerona fue como decimos el otro gran asedio de la Guerra de la Independencia y también fue elegido para ser inmortalizado por artistas como el pequeño de los hermanos Álvarez Dumont. Especial predilección se ha tenido por el llamado "gran día de Gerona", en referencia al 19 de septiembre de 1809, día en el según las crónicas murieron más de 1.000 personas en un ataque que los defensores rechazaron milagrosamente. El cuadro es propiedad del Museo del Prado.

El gran día de Gerona - Ramón Martí i Alsina
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El gran día de Gerona - Ramón Martí i Alsina

Quizá la obra de arte más llamativa alrededor de la Guerra de la Independencia es este lienzo de más de 10 metros de largo y casi 5 de alto que el pintor catalán Martí i Alsina estuvo pintando durante años. La obra se dañó en la Guerra Civil y no fue restaurada y expuesta de nuevo hasta 2010. Se encuentra en la sede de la Generalidad de Cataluña en la propia ciudad de Gerona.

La Contienda de Valdepeñas - Anónimo
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La Contienda de Valdepeñas - Anónimo

Este cuadro de técnica torpe es más bien lo contrario a El gran día de Gerona, pero es una buena muestra de cómo los acontecimientos de la Guerra de Independencia todavía eran representados un siglo después de haber ocurrido. En este caso se trató de una pequeña pero sangrienta batalla entre los vecinos de Valedepeñas y un destacamento con varios centenares de soldados franceses.

Carga de la caballería española - Augusto Ferrer Dalmau
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Carga de la caballería española - Augusto Ferrer Dalmau

Ferrer Dalmau es un pintor especializado en motivos militares en activo hoy en día y que según algunos es el más prestigioso del mundo en su campo. Por supuesto ha pintado batallas de la Guerra de la Independencia y en particular dos cargas de la caballería española que se enfrentó con éxito a los entonces considerados invencibles ejércitos de Napoleón.

La rendición de Bailén - José Casado del Alisal
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La rendición de Bailén - José Casado del Alisal

Los ejércitos de Napoleón llevaban lustros sin encajar una sola derrota tierra firme y eran considerados en todo el continente como prácticamente invencibles... hasta la batalla de Bailén, en la que un ejército español no muy bien preparado y compuesto por muchas unidades heterogéneas lograron infringir una severa derrota a los franceses que, lamentablemente, no fue sino un capítulo más en una guerra que se prolongaría casi seis años más. La rendición de los franceses fue la escena que decidió reproducir Casado del Alisal en este cuadro del Museo del Prado.

Batalla de Somosierra - Horace Vernet
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Batalla de Somosierra - Horace Vernet

El pintor francés Horace Vernet decidió inmortalizar en 1816 esta batalla en la sierra de Madrid en la que el propio Napoleón consiguió una victoria que le abría las puertas de la capital. El cuadro se guarda en el Museo Nacional de Varsovia, lo que tiene no poco sentido ya que el lance que decidió la victoria francesa fue una carga de la caballería polaca en la que estos jinetes destrozaron las defensas españolas pese a ser prácticamente exterminados.

The Battle of Salamanca - Raymond Hunt
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The Battle of Salamanca - Raymond Hunt

El cuerpo expedicionario inglés libró algunas de las batalla más importantes de la guerra en España, en su empeño de luchar contra los ejércitos de Napoleón en prácticamente todos los frentes. Obviamente, tanto los soldados ingleses como el Duque de Wellington que comandaba las tropas ha merecido el homenaje de sus artistas, como este cuadro de Raymond Hunt, un artista actual.

El Duque de Wellington - Goya
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El Duque de Wellington - Goya

Tal fue la popularidad de Wellington entre los españoles, y la importancia del aliado inglés en la contienda, que el propio duque fue retratado por Goya en este lienzo que hoy puede verse en la National Gallery de Londres.

Qué valor - Goya
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Qué valor - Goya

Terminamos nuestro repaso volviendo a Goya y a sus imprescindibles Desastres de la Guerra, la serie de grabados en la que el genio hizo un brutal reportaje gráfico de la crueldad del conflicto. Goya ofrece una visión amplia y neutra, en la que por supuesto tiene cabida la heroicidad de los españoles.

Populacho
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Populacho

Pero Goya tampoco tiene reparo en mostrar la brutal crueldad que en tantas ocasiones los españoles muestran con los franceses, en un afán de venganza que convierte al pueblo en populacho, tal y como refleja este grabado desde su título.

Ya no hay tiempo - Goya
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Ya no hay tiempo - Goya

Pero los soldados franceses tampoco salen indemnes de la mirada de Goya, y su crueldad protagoniza muchos de los grabados de la serie.

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