El Muro de las Lamentaciones
Si hay un lugar especial en una ciudad especial es el Muro de las Lamentaciones de Jerusalén, un auténtico centro del centro que vive su mejor momento la tarde de los viernes, cuando la gente se reúne allí para celebrar la llegada del sabbat.
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Una parte de la zona dedicada a la oración está a cubierto, en un túnel que se adentra en las entrañas de Jerusalén
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Un hombre lee textos sagrados, en el Muro no hay ceremonias organizadas similares a una misa, cada creyente o grupo de creyente reza a su modo y muchos, simplemente, están allí
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El Muro de las Lamentaciones es en realidad el último vestigio del Templo de Salomón, pero no era parte del templo en sí, sino de la plataforma sobre la que se alzaba
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Pese a que podamos ver "lo judío" como un bloque homogéneo, en realidad en el Muro encontramos gente muy diferente, muchos de ellos con un aspecto perfectamente normal, otros con ropas más tradicionales y, a los ojos del turista, mucho más llamativas
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Es habitual encontrar jóvenes rezando en el Muro de las Lamentaciones, algunos todavía en la infancia como los de la imagen
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Un niño reza junto a la roca, vestido de una forma que lo identifica como judío ortodoxo
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Una de las tradiciones para los viajeros es dejar en los resquicios entre las grandes piedras mensajes y peticiones que allí serán, quizá, mejor atendidas por Dios
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Un hombre reza totalmente concentrado y con los ojos cerrados
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Un chico joven que ha ido al Muro a pasar la llegada del Sabbat busca a su familia entre la gente
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Un hombre con un curioso atuendo para cubrirse la cabeza
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Un hombre busca su espacio entre la multitud junto al Muro
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Los creyentes tienen con el Muro una relación casi física: tocarlo o incluso besarlo son parte del ritual de la mayoría
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Un hombre reza pegado al Muro mientras que otro observa a la gente sentado y con una curiosa actitud
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Numerosos ejemplares de libros religiosos están a disposición de los fieles
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Un rabino habla para un grupo de jóvenes mientras dos mujeres observan por encima de la valla que separa la zona masculina y la femenina
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Después la cosa se anima y empiezan los cánticos y los bailes
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La celebración puede llegar a volverse bastante tumultuosa y un punto gamberra por momentos
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Pero no ocurre nada que no sea parte de una fiesta un tanto inesperada, quizá incluso para algunos protagonistas
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Un ambiente de fraternidad se respira junto al Muro, tanto como para cargar con un niño que es tuyo... y que el padre no se preocupe por su criatura
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La parte del Muro reservada a las mujeres también tiene su propia dinámica festiva, algo más tranquila
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Un grupo de soldados llega y se sitúa en círculo alrededor de dos hombres, probablemente rabinos
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Finalmente revitalizan la fiesta que se había tranquilizado un poco
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Una última mirada al Muro, con la prominente y dorada figura de la Cúpula de Roca de fondo
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