Protestas ante la Embajada de España en Londres
Diego Sánchez de la Cruz
Al acto de inauguración acudió la alcaldesa de Madrid, Ana Botella. A la derecha de la imagen, la CEO de Grupo Rodilla, María Carceller.
Los responsables de las instalaciones explicaron a las autoridades y a la prensa el funcionamiento de la fábrica. Anteriormente, Rodilla elaboraba en fábrica los sándwiches completos y los enviaba a sus establecimientos. Para intentar que sean lo más artesanales posible, uno de los cambios de la estrategia de Rodilla consiste en que a las tiendas sólo les envía el relleno y así, el producto se prepara en el local.
En la imagen aparece el primer control higiénico por el que pasan los ingredientes que se van a utilizar para elaborar los sándwiches. Los controles de calidad e higiene son constantes durante todo el proceso.
La planta cuenta con una nave principal de 2.400 metros cuadrados con capacidad para producir anualmente 800.000 kilos de relleno y unos 25.000 de salsas. Posee laboratorio propio para analizar los ingredientes.
El trabajo de la fábrica de Rodilla consiste en elaborar los rellenos y salsas mezclando los ingredientes siguiendo las directrices de su popular fórmula. Los rellenos se elaboran diariamente y en menos de una semana se distribuyen a las tiendas.
Una vez obtenido el relleno, el producto se traslada en vagonetas y se dirige a la máquina envasadora.
El producto de las vagonetas se distribuye en pequeños paquetes que se etiquetan y se almacenan, para su posterior distribución.
La compañía es pionera en aplicar a sus productos tecnologías de pasterización por altas presiones en vez de por calor a través de la máquina que se ve a la izquierda de la imagen.
Se trata de una maquina de más de 40 toneladas fabricada en España que tiene como objetivo respetar al máximo las características naturales y las propiedades nutritivas de los productos que contienen sus sándwiches.
La fábrica cuenta con una plantilla de 25 personas.