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Cuando la moda se convierte en polémica

En su empeño por seguir las últimas tendencias y mandar mensajes originales a los consumidores, algunas marcas terminaron por desatar polémica con mensajes confusos. Repasamos algunos de los más controvertidos del mundo de la moda.

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En 2012, dirigentes del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) protagonizaron dos acciones sorpresa en Écija (Sevilla) y en Arcos de la Frontera (Cádiz), donde entraron a robar en hipermercados con la idea de entregarlos a bancos de alimentos de la zona. H&M decidió dedicarle una camiseta al líder del SAT y alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, con la frase en inglés "¡Comida para la gente! Un mundo sin hambre, con su nombre incluido. A pesar de defender en un primer momento la idea, la empresa terminó por retirar ya que su voluntad no era la de entrar en política.

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Belén Lobeto, una usuaria de Twitter, denunció a través de su perfil la sanción que le impuso la Policía cerca del Estadio Vicente Calderón. Su bolso contenía las siglas A.C.A,B., acompañadas de la cara de un gato y la leyenda All Cats Are Beautiful, ("todos los gatos son bonitos"). Pero tradicionalmente, a estas siglas se les da otro significado. El movimiento hooligan skinhead las emplea con el significado de All Cops Are Bastards, y que podría traducirse al castellano como "todos los policías son unos bastardos". Una frase común usada tanto por los skinheads de extrema derecha como los de extrema izquierda que la Policía vio como una provocación a la autoridad.

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"Nothing tastes as good as skinny feels", es decir, "Nada sabe mejor que sentirse delgada" fueron unas desafortunadas palabras que pronunció la top model Kate Moss en el año 2009. Su frase más "célebre" fue también la más criticada y la acusaron de promover la anorexia. Pero el diseñador Christopher Lee Sauve decidió recuperar la frase para ponerla en una camiseta con tabla de calorías incluida. Aunque Lee se caracteriza por su ironía, para algunos fue demasiado lejos y la camiseta fue retirada.

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Algo parecido ocurrió con la marca estadounidense Urban Outfitters, que ha generado más de una polémica con sus prendas. En 2010, su camiseta "Come menos" hizo saltar las alarmas. En la web, una modelo delgadísima posaba con la polémica camiseta. Un diseño muy sencillo pero con unas palabras muy malintencionadas. La firma la retiró del mercado.

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La guerra contra la camiseta de Zara que se preguntaba algo así como "¿Eres sin gluten?", la comenzó una joven catalana a través de la plataforma change.org. "La celiaquía no es una moda, y tampoco es una enfermedad para tomarla en broma, debido a la rigurosidad de la dieta que se tiene que seguir, libre de gluten, y a los problemas que puede causar si no se hace correctamente", escribía la chica en su petición. Después de más de 50.000 firmas Inditex retiró la prenda de su tienda online y comprobó rigurosamente la venta física.

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Pero antes de aquello, Zara ya había levantado ampollas. Numerosos medios israelíes acusaron a la marca española de comercializar una camiseta similar a la que llevaban los judíos en los campos de concentración nazis durante la II Guerra Mundial. La prenda, de Zara Kids, lucía una estrella con la palabra Sheriff que, sin embargo, muchos asociaron con la estrella de David. A pesar de la casualidad, la firma hizo desaparecer el diseño del mercado con su consecuente disculpa.

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A un creativo independiente le pareció buena idea plasmar la carta de suicidio de Kurt Cobain en una camiseta, que primero se pudo comprar en Etsy (aunque la retiró) y después en eBay. En la nota íntegra dejada por el líder de Nirvana, en la que explicaba su falta de incentivos para su carrera musical y dejaba un especial y cariñoso recuerdo a su esposa e hija. "Soy una criatura voluble y lunática. Se me ha acabado la pasión. Y recordad que es mejor quemarse que apagarse lentamente".

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La blusa SS, como la bautizaron los usuarios de Internet, vio la luz en otoño de 2014 de la mano de Mango. La prenda incendió las redes sociales después de que muchos vieran en sus pequeños rayos negros las insignias de los uniformes de las tropas de asalto nazis, conocidas como las SS. Un portavoz de la empresa, en declaraciones a la prensa alemana, lamentó la "desafortunada asociación" de ideas a la que llevaba el diseño. En aquella colección de blusas, también había una con pequeños corazones y otra con estrellas.

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La reina Máxima de Holanda vistió hace poco las ciudades alemanas de Erlangen y Núremberg con su esposo Guillermo, causando cierta controversia por el abrigo que empleó la monarca en su visita a Baviera, adornado con cruces de diversas formas y tamaños. La prenda gris tenía una serie de ornamentos metálicos y cruces que fueron señalados en Internet como parecidos a cruces gamadas. 

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A principios de este año, H&M repitió polémica cuando vendió un fular con un estampado de rayas blancas y azules muy similar al talit, el manto tradicional de oración judío, algo que muchos consideraron ofensivo. «Lo sentimos si hemos ofendido a alguien con esta pieza. "Todo el mundo es bienvenido en H&M y nunca vamos a tomar una posición política o religiosa", se justificó la cadena. "Las rayas son una de las tendencias para esta temporada y algo en que lo que nos hemos inspirado. Nuestra intención nunca fue molestar a nadie".

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El colmo quizás fue cuando Asos empezó a comercializar una camiseta blanca con la palabra slave (esclavo) y la vendía utilizando a un modelo negro. La lluvia de críticas tachando a la empresa de racista no tardó en llegar y la tienda multimarca culpó a Wasted Heroes, responsable del diseño. Asos pidió disculpas y retiró la camiseta y la marca que la diseñó aclaró que se referían a sentirse esclavo de la moda. "Fue una estupidez por nuestra parte", aseguraron.

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Algún diseñador un tanto macabro de Urban Outfitter tuvo la idea de crear una sudadera de la Universidad de Kent, en la que murieron cuatro estudiantes que protestaban contra la guerra de Vietnam a manos de la Guardia Armada Nacional en los 70. El diseño tenía manchas y puntos rojos que emulaban salpicaduras de sangre. Un curioso homanaje que hizo a la propia universidad pedir su retirada. Aquella sudadera rondaba los 100 euros y no dio tiempo a retirarla porque se había agotado.

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