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'Sal y Pimienta', la sátira más ácida

Durante esta temporada en esta sección nos dedicaremos a destripar revistas de ayer y de hoy para ver cómo cambian (o no) los asuntos y personajes de la prensa del corazón y la crónica social. Hoy, un Sal Y Pimienta del 10 de marzo de 1982.

Actualidad y sátira
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Actualidad y sátira

La revista Sal y Pimienta fue un revulsivo en los medios de comunicación. Su edición semanal repasaba con humor y muy mala intención la actualidad política, social, artística y del corazón. Entrevistas con preguntas incómodas, caricaturas destructivas y secciones que fueron antecesoras de eso que hoy muchos quieren llamar telebasura.

Secciones varias
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Secciones varias

En "Hemos oído" se publicaban rumores, dimes y diretes de personajes como el hermano del entonces presidente de gobierno, de altos cargos de la organización del mundial de fútbol que estaba a punto de tener lugar en España, de damas de la sociedad. Los líos del fútbol no dejaba árbitro ni presidente ni jugador con cabeza. Mientras que en Las 10 pequeñas diferencias se aprovechaba para hacer sangre con los personajes enfrentados, en este caso Sara Montiel y Marujita Díaz

100 preguntas
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100 preguntas

La sección estrella era "¿Me permite 100 preguntas?" Era una extensa entrevista/cuestionario donde siempre se preguntaba lo más incómodo, sexo, drogas, problemas financieros, pullitas. Rocío Jurado se sometió al tercer grado enfundada en camisa con estampado de leopardo o animal print, que dirían las modernas de hoy en día.

Lo más íntimo
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Lo más íntimo

Gracias a estas 100 preguntas descubrimos que la Jurado prefería tampax a compresa, que si le salía un grano se lo reventaba, que no necesitaba masturbarse, cómo fue su primer día de menstruación... y cómo llamaba a su público gay.

Arriba las manos
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Arriba las manos

Otra de las secciones estrella fue "Atraco". Consistía en vaciar el bolso o los bolsillos del personaje entrevistado. En esta ocasión le tocó al humorista Manolito Royo. Siempre sospeché que este atraco no lo era tanto, ya que la supuesta víctima sabía perfectamente de lo que se trataba y llevaba a la entrevista lo que le daba la gana mostrar. En el ejemplo de esta semana, una llave inglesa, una muñeca hinchable, una compresa y mucho dinero.

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