El Thyssen y el Prado sacan a relucir sus obras más gais
Coincidiendo con la celebración en Madrid del World Pride 2017, las dos pinacotecas elaboran recorridos especiales que visibilizan el amor homosexual en el arte.
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San Sebastián, de Bronzino
Creado en pleno Renacimiento por Bronzino, este San Sebastián es un claro ejemplo de la evolución del santo hacia el embellecimiento físico.
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Muchacho con turbante y un ramillete de flores, de Michiel Sweerts
La androginia del retratado, la sensualidad de los ropajes orientales y el ramillete de flores que porta, puede ser interpretado como una invitación sexual.
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Santa Catalina de Alejandría, de Caravaggio
El mito de Caravaggio como un rebelde sexual se construye a partir de un corpus de obras muy preciso, las realizadas en la década de 1590, cuando llega a Roma y se pone al servicio del cardenal Francesco Maria del Monte. Este le introdujo en los círculos más poderosos de la ciudad y le proporcionó estabilidad. Para él pinta alguna de sus obras más conocidas, y casi con toda probabilidad esta Santa Catalina de Alejandría.
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El nacimiento de Venus (La Aurora), de Rodin
La composición de Rodin está formada por una pareja de mujeres desnudas en un momento de intensa intimidad.
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Love, Love, Love. Homenaje a Gertrude Stein, de Demuth
Esta pintura forma parte de un grupo de retratos simbólicos de Charles Demuth que abordan la identidad de los personajes no por su aspecto físico, sino a través de palabras y objetos que hablan de la personalidad y los gustos del retratado.
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Antinoo, Taller romano
Las relaciones sentimentales de algunos personajes de la Antigüedad clásica -por tutoría o amistad- permiten abordar la consideración y el trato que recibía en la sociedad el afecto entre hombres antes de la llegada del cristianismo.
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El Maricón de la tía Gila, de Goya
Se trata de una obra poco conocida claramente alusiva a los contenidos de este itinerario expositivo.
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Maddalena Ventura, de José de Riber
La desobediencia a lo normativo del cuerpo se manifiesta en representaciones históricas, como, por ejemplo, las mujeres barbudas de Ribera.
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San Sebastián, de Guido Reni
Muchos artistas y coleccionistas se vieron envueltos, por su sexualidad y por su éxito, en juicios por sodomía. Se persiguió incluso las propias obras de arte que pudieran encerrar esos deseos.
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La siesta, de Lawrence Alma-Tadema
Desde la Edad Moderna se comenzó a cartografiar los espacios del pasado clásico como lugar de libertad poética inocente y libre de prejuicios.
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