La verdadera reforma

aEn una entrevista concedida a la cadena de televisión regional TVO el 14 de noviembre pasado, el presidente Hugo Chávez adelantaba que "después de aprobar la reforma constitucional aprobaré cien leyes nuevas". Analistas y opositores interpretaron esa declaración de intenciones como la "verdadera reforma" que el régimen pretende llevar a cabo en Venezuela.

El mismo día en que Chávez encargó a altos representantes de los poderes Judicial y Legislativo integrar la comisión presidencial para la reforma constitucional, de manera paralela se creó otra comisión para la redacción de leyes con base en los poderes especiales que la Asamblea Nacional le otorgó a Chávez. Sectores de la oposición afirman que la intención soterrada es adaptar la próxima Constitución a las leyes que Chávez quiere dictar por medio de la llamada "Ley Habilitante". Al parecer, el lote de cien leyes están ya listas. Una parte importante, afirman medios de comunicación contrarios al régimen, imponen limitaciones a la propiedad privada.

Otro punto de riesgo para los opositores es la posibilidad de la instauración de un "Estado militar". Al respecto, el constitucionalista Hermann Escarrá, presentó un informe tras analizar el proyecto de reforma. En el documento pone de manifiesto que la oficialización de la "participación popular en la defensa de la nación" no está suficientemente explicada, particularmente en lo que se refiere a su misión contra los "estados imperialistas". Además, le preocupa que se confiera el mantenimiento del orden interno a la reserva y a la Guardia Territorial en conjunción con organizaciones sociales.

La reforma, dijo, busca "configurar un Estado de tutelaje militar, sustituir el objeto profesional de la Fuerza Armada Nacional, que no es otro que la defensa militar de la república, de sus territorios, y de las garantías democráticas". Se crea, sintetizó, una "especie de nación militar de naturaleza pretoriana al servicio de una personas".