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Más de mil aficionados aclamaron, vitorearon, abrazaron y besaron a cada uno de los miembros de la selección española de balonmano que regresaron esta lunes de Túnez con el trofeo de campeones del mundo y con caras exultantes por el triunfo, sonrientes y felices por el recibimiento. Cerca de dos horas tuvo que esperar la afición para poder ver y tocar a sus ídolos en el aeropuerto de Barajas, donde se montó un fuerte dispositivo policial para contener la avalancha de personas. Uno de los gritos más repetidos fue el de "¡Pastor Renovación!", y es que la continuidad del seleccionador aún no está confirmada.
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