Coacciones, depuraciones, manipulación de declaraciones, falsificaciones. No faltó de nada en la detención ilegal de dos militantes del PP por una falsa agresión a Bono. Cinco policías han desvelado en el juicio el descomunal escándalo. Uno ha declarado que fue relevado como instructor de la investigación por negarse a detener a Isidoro Barrios y Antonia de la Cruz sin pruebas. Otro afirmó que le obligaron a volver a citar a los escoltas de Bono porque no gustó la primera declaración. Otros dos agentes confesaron que fueron obligados a modificar, y después firmar, el atestado sobre la falsa agresión. Y el miércoles, el ex jefe de Policía de Madrid tuvo que desmentir a Méndez. Nada de "imputados no detenidos". "Si les leyeron sus derechos, hubo detención".

El presidente navarro, Miguel Sanz, ha denunciado la existencia de un pacto entre el Ejecutivo y ETA para crear un "Órgano Común Permanente" que gobierne conjuntamente la comunidad vasca y Navarra. En este sentido, el presidente del PP, Mariano Rajoy, ha asegurado que “Navarra es Navarra, desde hace siglos. Y eso de Euskal Herria no ha existido nunca". Ninguno de los dos entró en la polémica de las cartas de extorsión de ETA, que según ha reiterado Zapatero, tras reunirse con Angela Merkel, "fueron enviadas antes del alto el fuego".

El presidente de la Generalidad ha puesto al frente de la consejería de Gobernación a Xavier Vendrell, el responsable del envío de cartas a trabajadores de la Generalidad instando a financiar a ERC bajo amenaza de despido. Paradójicamente, este departamento es el encargado de investigar estas cartas. Piqué ha calificado de "escándalo democrático" poner en un cargo a una persona investigada "por extorsionar los trabajadores". Maragall ha comparado esta crítica con las que realizó el PP a Rubalcaba tras ser nombrado ministro de Interior. José García Domínguez analiza, uno por uno, a los nuevos consejeros.