El portavoz de ETA-Batasuna en libertad condicional, Arnaldo Otegi, ya ha presentado sin que nadie lo impida una "comisión negociadora". Su intención es participar en la "mesa de partidos", que los proetarras exigen en el proceso que Zapatero ha abierto con la banda. La mesa fue propuesta por Otegi en Anoeta y aceptada tanto por el PSE como por el Gobierno vasco. Lo llamativo es que hasta tres miembros de este nuevo germen del partido ilegal tienen causas pendientes con la justicia, lo que, sin lugar a dudas, será utilizado para continuar exigiendo al Gobierno inmunidad judicial. El popular Astarloa ha exigido a Conde-Pumpido que actúe contra los organizadores del acto.

Uno de los informes que estudió el Servicio de Inspección del CGPJ es el redactado por el secretario judicial adscrito al caso del 11-M, Luis María Velasco. En su escrito parece disculpar a Juan Del Olmo de la "desatención" que provocó la excarcelación de un procesado. El relato del secretario refleja, sin embargo, que las condiciones del instructor no serían las óptimas: "Físicamente agotado, haciendo continuo uso del colirio y pegado a una pantalla de ordenador de enormes dimensiones porque su visión le impedía ya trabajar en una normal". Además reseña las "noches en vela" como causa del error mecanográfico.

El diputado del PP, Javier Fernández Lasquetty, preguntó al ministro del Interior –Alonso sigue desaparecido– por las detenciones ilegales de militantes del partido. "Ha debido verlo con sus propios ojos pero o su vista le engaña o nos está engañando a nosotros", dijo Lasquetty. Lamentó que "16 días después de no han pedido perdón, qué mezquindad". Tanto Lasquetty como Alicia Sánchez Camacho exigieron al Gobierno "que no se esconda detrás de funcionarios policiales". La respuesta de Rubalcaba fue negar los términos de la sentencia, decir que le encanta la frase que pronunció el 13-M ("sigan, que me encanta") y despreciar a Fernández Lasquetty: "Cada vez que le oigo pienso qué dura es la vida de meritorio".