Hasta ahora, ninguna de las numerosas declaraciones de Rafá Zouhier ha contribuido a esclarecer la autoría del 11-M. Siempre se ha exhibido como un atareado confidente de la Guardia Civil que no hizo sino alertar a sus controladores de lo que se avecinaba. Pero lo cierto es que gran parte de la versión oficial sobre la masacre está escrita gracias a sus aportaciones. Ahora sabemos, por los listados telefónicos que figuran en el sumario, que uno de los teléfonos con los que Rafá se comunicaba salió del mismo lote del que apareció conectado a una bomba en la famosa mochila de Vallecas. También sabemos, por esos listados, que Zouhier no dijo la verdad sobre sus contactos con El Chino.

Un informe remitido este martes por la Fiscalía de la Audiencia Nacional al juez Juan del Olmo solicita que se permita la manifestación proetarra convocada el viernes, aunque pide que se disuelva si se exhiben símbolos de ETA-Batasuna. No ha tenido en cuenta que tres de los ciudadanos que presentaron la marcha fueron candidatos de EH y Herria Aurrera, partidos ilegales. La AVT y colectivos cívicos han pedido al TSJ vasco que impida la marcha, mientras el PSOE se limitó a señalar que "no contribuye" a la negociación. Sin ningún impedimento del Gobierno vasco, las juventudes de ETA celebraron en Bilbao un acto político al que asistieron 250 proetarras.

Finalmente, la Dirección General de Instituciones Penitenciarias ha concedido por unanimidad el tercer grado al ex secretario de Estado de Seguridad, Rafael Vera, ratificando así la solicitud de la Junta de Tratamiento del centro penitenciario de Segovia. Vera ingresó en la cárcel en febrero de 2005 por el caso de los fondos reservados y de inmediato comenzó a disfrutar de beneficios penitenciarios que fueron calificados de "tercer grado encubierto". La popular Alicia Sánchez Camacho denunció en su día que el Ejecutivo de Zapatero daba un "trato de favor" a antiguos responsables de gobiernos socialistas. Así pues, Vera vivirá fuera de la cárcel y estará controlado por teléfono.