El secretario general de la ONU ha hecho este lunes en Beirut dos exigencias. Una, para el Estado de Israel, al que ha pedido el "cese inmediato" del bloqueo al Líbano. La otra, para los terroristas de Hezbolá, a los que ha exigido la liberación de los dos soldados israelíes secuestrados. Annan advirtió tanto a Hezbolá como a Israel que no podían "elegir y tomar" partes de la resolución de alto el fuego de la ONU porque no es un "menú a la carta" y el "riesgo" que corre el alto el fuego es "grande". Tras estas peticiones, también se refirió a la necesidad del "desarme" de los terroristas, una cuestión interna que deberá abordarse, dijo, en un "diálogo nacional".

Las autoridades turcas investigan las cinco explosiones ocurridas este lunes, que causaron la muerte a tres personas y heridas a otras 47, entre ellas diez turistas británicos, y que volvieron a tener como objetivo tres importantes ciudades: Marmaris, Antalya y Estambul. La Policía comenzó a investigar lo sucedido aunque hasta el momento ningún grupo ha asumido la autoría de los atentados. "Los equipos de la Policía y la Gendarmería están investigando lo sucedido. Capturaremos a los que lo perpetraron y los llevaremos ante el público cuanto antes", dijo el gobernador de la provincia, Temel Kocaklar.

Los alrededores de la ciudad de Diwaniya es escenario de violentos combates entre terroristas y soldados de EEUU e Irak. Según fuentes oficiales, al menos 70 personas han muerto, entre ellas una veintena de militares, y otras setenta resultaron heridas. Los enfrentamientos comenzaron cuando miembros del autollamado "Ejército del Mahdi", del clérigo Muqtada al-Sadr, trataron de liberar a uno de sus dirigentes detenidos. En Bagdad, la Policía ha confirmado la muerte de trece personas tras un atentado terrorista suicida perpetrado en las inmediaciones de la sede del Ministerio de Interior y de un hospital. La mayoría de las víctimas mortales son guardias de seguridad y empleados y guardias de seguridad del organismo.