Algo más de 55.000 espectadores, entre ellos
Pasqual Maragall y el lehendakari Ibarretxe, se reunieron en el Camp Nou para presenciar el amistoso entre Cataluña y el País Vasco, en el que, más allá del fútbol, ambas selecciones aprovecharon para pedir el reconocimiento oficial y su participación en competiciones internacionales. En las gradas hubo un gran número de pancartas reivindicativas, mayoritariamente a favor de la independencia de ambas comunidades autónomas y de la puesta en libertad del etarra De Juana Chaos.