La jornada electoral en Estados Unidos se desarrolla con normalidad y sin incidentes dignos de mención aunque con algunos pequeños problemas técnicos que, de momento, no preocupan a las autoridades. Uno de los primeros en votar fue el presidente George W. Bush, que depositó su sufragio en la localidad texana de Crawford, acompañado por su esposa, Laura, e instó posteriormente a que participen y así, mediante el sufragio, "dejarán oír su voz". Los cerca de 200 millones de ciudadanos que están llamados a votar elegirán en estos comicios a los 435 legisladores que integrarán la Cámara de Representantes, 33 de los 100 senadores y 36 de los 50 gobernadores.

El depuesto dictador iraquí Sadam Husein ha comparecido de nuevo ante el Tribunal Penal Supremo que le juzga por el caso "Al-Anfal" (desecho de guerra), después de que el domingo pasado fuera condenado a la pena de muerte por "crímenes contra la humanidad" por el asesinato de 148 chiíes. Tres años después de la primera matanza de kurdos, el dictador ordenó una nueva masacre en 1986 que se prolongó hasta 1988 coincidiendo con el fin de la guerra con Irán e Irak. Aldeas completas fueron demolidas y se obligó a los habitantes a trasladarse a campos de reubicación. Según varios cálculos, unas 180.000 personas fueron asesinadas u obligadas a exiliarse.

El ex presidente José María Aznar respaldó la "política de seguridad democrática" puesta en marcha en Colombia por el Gobierno de Álvaro Uribe. En una visita a la ciudad de Medellín, el presidente de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) dijo que son "acertadas" las últimas decisiones tomadas por las autoridades de Bogotá que decidieron suspender los contactos con los terroristas de las FARC que atacaron una universidad militar el pasado diecinueve de octubre. Aznar subrayó que apoya a las víctimas y que el terrorismo tiene que ser "combatido y derrotado en cualquier parte del mundo donde exista".