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Dolan, sobre las quinielas que le sitúan como Papa: "Esos fuman marihuana"

Con una personalidad arrolladora y gran sentido del humor, el cardenal de Nueva York no deja indiferente a nadie, ni en vísperas del Cónclave.

Con una personalidad arrolladora y gran sentido del humor, el cardenal de Nueva York no deja indiferente a nadie, ni en vísperas del Cónclave.
'Papables' italianos vs norteamericanos

El arzobispo de Nueva York, el cardenal Timothy Dolan, aparece en la primera fila de todas las quinielas para suceder a Benedicto XVI como Papa. Ni ante esta situación el prelado estadounidense deja de ser él mismo y se toma toda esta situación con su característico humor e ironía.

A sus 62 años es el arzobispo del que muchos consideran la capital del mundo y su figura tiene una gran repercusión en Estados Unidos, donde le conocen como el "Papa americano". Y eso que lleva poco tiempo en la primera fila. Desde 2009 en Nueva York y desde 2012 como cardenal. Sin embargo, su carisma y su empuje han cautivado en Roma y en su propio país, donde es el presidente de la Conferencia Episcopal.

Además, se maneja como pez en el agua en los medios de comunicación. Este domingo celebró su primera eucaristía en la catedral de San Patricio desde que se conoció la renuncia de Benedicto XVI. Abarrotada. Así estaba el templo y a los miles de fieles les dijo que el Papa "nos ha dado un gran ejemplo de humildad, poniendo el bien de la Iglesia ante que si mismo".

Tras la celebración atendió gustoso a los medios de comunicación, una costumbre muy saludable, y utilizó su particular sentido del humor. De hecho, cuando se le dijo que es uno de los favoritos en las quinielas respondió con esta ironía: "los que dicen estas cosas fumaron marihuana". Al más puro estilo yanqui.

Ya en un tono serio aseguró, tal y como recoge Vatican Insider, que a la hora de elegir al próximo Papa "lo primero que haré es buscar la ayuda del Espíritu Santo, porque necesitamos que nos inspire en esta decisión. Estoy ansioso de reunirme en oración con mis colegas cardenales. Será como si recorriéramos de nuevo los hechos de los apóstoles, esa primera novena después de la Ascensión, cuando en compañía de la Virgen, rezaron por la intervención del Espíritu Santo".

También fue preguntado sobre el papel que tendrá Benedicto XVI en el Cónclave. "Un extraordinario papel espiritual- dijo Dolan-, su ejemplo, su oración: todo esto tendrá un enorme impacto. Pero no preveo más, porque ya dijo, con la humildad que le caracteriza, que no quiere tener influencia directa en el Cónclave". Del mismo modo, el cardenal estadounidense fue preguntado sobre un candidato anglófono y Dolan volvió a tirar de ironía: "ya los hemos tenido. Wojtyla y Ratzinger hablan muy bien el inglés". Aunque luego añadió que no vería con malos ojos un candidato anglosajón.

Una historia que define al cardenal Dolan

Para conocer cómo es realmente este cardenal cabe recordar una anécdota que el propio arzobispo de Nueva York contó en su blog en 2011 y que recogió Libertad Digital. Fue en la crisis de los abusos sexuales de algunos sacerdotes de la Iglesia.

En el aeropuerto de Denver mientras esperaba un vuelo un hombre se le acercó y le dijo: "¿es usted sacerdote católico?". Éste respondió: "sí, claro, mucho gusto" y le tendió la mano, algo que su interlocutor ignoró. El hombre continuó diciéndole que "crecí en un hogar católico y ahora soy padre de dos chicos, y no puedo mirarle a usted ni a ningún otro cura sin pensar en un abusador sexual". El arzobispo neoyorquino se quedó sorprendido. "¿Qué responder? ¿Chillarle? ¿Pedir disculpas? ¿Expresar comprensión?", se preguntaba.

Tras recobrarse de esta acusación le dijo: "sin duda, lamento que los sienta así. Pero, déjeme preguntarle...¿automáticamente cree ver un abusador cuando ve un rabino o un ministro protestante?". El hombre respondió que "en absoluto". El arzobispo siguió y le volvió a preguntar si "cuando ve un entrenador, un líder scout, un padre de acogida, un consejero o médico" opina lo mismo. Enfadado, este hombre indicó que "por supuesto que no" y se preguntó que "qué tenía que ver con esto".

"Mucho", dijo Timothy Dolan, que añadió que "cada una de estas profesiones tiene un porcentaje de abusadores tan alto, quizá más, que los sacerdotes". Poco convencido, este señor se defendió diciendo: "pero la Iglesia es el único grupo que sabía lo que pasaba, no hizo nada, y se limitó a pasar a los pervertidos de un lado a otro". El prelado católico continuó. "Parece obvio que usted nunca vio las estadísticas sobre los profesores de colegios públicos. Sólo en mi ciudad de Nueva York, los expertos dicen que la proporción de abusos sexuales entre profesores de la escuela pública es diez veces más alta que entre los sacerdotes, y esos abusadores, simplemente, fueron transferidos de un sitio a otro".

El hombre no contestó, por lo que Dolán siguió y le dijo que "perdone que sea tan contundente, pero usted lo fue conmigo, así que permítame preguntar: cuando usted se mira al espejo, ¿ve un abusador sexual?". Sobresaltado, este hombre le preguntó que "de qué demonios me habla" y el arzobispo de Nueva York le explicó que "es triste, pero los estudios nos dicen que la mayoría de los niños abusados sexualmente son víctimas de sus padres o de otros miembros de la familia".

En ese momento, Dolan pensó que ya había sido bastante duro e intentó suavizar su argumento. "Le diré que, cuando le veo a usted, yo no veo un abusador, y apreciaría la misma consideración por su parte", agregó. Ambos ya estaban en la zona de equipajes y salieron de ahí juntos. Este hombre le preguntó "¿por qué sólo oímos toda esa basura acerca de ustedes los curas?". El prelado le indicó que "lo mismo nos preguntamos nosotros. Tengo una serie de razones, si le interesa".

Mientras andaban, le dijo: "por un lado, los curas merecemos un escrutinio más intenso porque la gente confía más en nosotros, ya que osamos afirmar que representamos a Dios, así que si uno de nosotros hace esas cosas, aunque sólo una diminuta minoría lo haya hecho, es más desagradable. Segundo, me temo que hay muchos por ahí que no aman a la Iglesia y hacen lo que pueden por dañarnos. Este es un tema con el que les encanta  azotarnos sin descanso. Y tercero, y odio decirlo, se puede sacar mucho dinero denunciando a la Iglesia Católica, mientras que apenas vale la pena denunciar a alguno de los grupos que comenté antes".

Ya en la calle fuera de la terminal, este hombre sí le quiso tender entonces la mano. "Gracias, encantado de haberle conocido", dijo. Y añadió que "pienso en los grandes sacerdotes que conocí de niño. Y ahora, que trabajo en IT en la Regis University, conozco algunos jesuitas devotos. No deberíamos juzgarles a todos ustedes por los horribles pecados de unos pocos".

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