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Testigos de los atentados: "Acababan de llegar a la línea de meta y ahora no tienen piernas"

Muchos de los supervivientes de los atentados de la maratón de Boston narran algunas de las escenas que vivieron. 

En unos minutos, la línea de meta del maratón Boston se conviritió ayer en un campo de batalla, donde se vivieron escenas de pánico y desesperación. Algunos de los testigos y supervivientes han contado a los medios estadounidenses su experiencia: "Esos corredores acababan de terminar y ahora no tienen piernas" aseguró el soldado Ropuen Bastajian al New York Times. "Muchos de ellos. Había mucha gente sin piernas. Todo era sangre, había por todas partes. Había, huesos, fragmentos" relató conmocionado, tras haber practicado más de seis torniquetes a los heridos. 

El rotativo recuerda que las bombas fueron especialmente dañinas porque explosionarion en un momento en el que una alta concentración de corredores llegaban a la línea de meta. "Cuando los cuerpos aterrizaron alrededor de mí, pensé: '¿Estoy ardiendo? Quizás estoy ardiendo y no lo siento'", explica la corredora Deirdre Hatfield al NY Times

The Boston Globe recoge el testimonio de Liz Norden, madre de dos jóvenes que resultaron gravemente heridoscomo consecuencia de las explosiones. Uno de sus hijos la telefoneó desde la ambulancia, mientras se dirigía al centro médico Beth Israel Deaconess: "Mamá, estoy verdaderamente mal".

Según relata Norden, su hijo le contó que había sufrido quemaduras graves en las piernas y que su hermano había estado junto a él en el maratón... pero que desconocía donde se encontraba en el momento de la llamada. En realidad, había sido trasladado al hospital Brigham and Women.

Dos horas después, Norden conoció el parte médico de sus hijos: cada uno había perdido una pierna, "desde la rodilla hacia abajo". "Nunca imaginé, ni en mis peores pesadillas, que esto pudiera ocurrir", agrega.

En The Washington Post, la corredora Kara Zech Telen cuenta que, en el momento en que se produjeron las explosiones, "parecía como si hubiera estallado un edificio cercano a la línea de meta" y que, acto seguido, lo que se produjo "fue puro silencio". El también corredor Paul Cummings declara en el mismo periódico: "tan pronto como lo escuché, supe que era una bomba".

Por su parte, Bruce Mendelsohn, ingeniero del Instituto Tecnológico de Massachussets y que acudió al maratón como espectador, cuenta que se encontraba en una fiesta que se celebraba en un edificio cercano junto a su hermano, que había terminado la carrera una hora antes de que tuvieran lugar los atentados. Mendelsohn ordenó a los presentes que se alejaran de las ventanas y salió a la calle, donde se encontró "una carnicería". "La gente estaba en el suelo tumbada. Algunas personas caminaban heridas. Parecía una escena de Tel Aviv, Bagdad o Pakistán", añade.

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