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El Gobierno de Obama llamó delincuente a un periodista para intervenir su correo

Para disponer de orden judicial, el Gobierno de EEUU calificó a James Rosen, de Fox News, de "cómplice o colaborador" de un delito.

Un nuevo escándalo pone en solfa la relación entre la "administración más transparente de la Historia" –que es como el Gobierno de Obama se ha presentado ante el mundo– y la prensa de su país. Tras saberse que se pincharon los teléfonos de 100 periodistas de Associated Press, este domingo el Washington Post reveló que el Departamento de Justicia y el FBI investigaron al periodista de Fox News James Rosen y a un exasesor del Departamento de Estado, después de que el primero publicara una información en la que decía que Corea del Norte estaba preparando un ensayo nuclear.

El sospechoso de ser la fuente es el exfuncionario Stephen Jin-Woo Kim, que está siendo investigado bajo la llamada Ley de Espionaje. Según el Post, el agente del FBI encargado de obtener la orden judicial para vigilar el correo electrónico del periodista de Fox justificó la medida porque éste era "por lo menos, cómplice o colaborador" delictivo por sus contactos con un exfuncionario del Departamento de Estado. Una definición que habría hecho sentirse orgulloso a Richard Nixon.

James Rosen es el corresponsal jefe en Washington del canal de noticias Fox News, que ha publicado un breve comunicado tras saber del espionaje al que se vio sometido su empleado en 2010:

Estamos escandalizados tras saber hoy que James Rosen fue tratado como un conspirador delincuente simplemente por hacer su trabajo. Es sencillamente escalofriante. Defenderemos sin reservas su derecho a trabajar como miembro de lo que hasta ahora ha sido una prensa libre.

El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, ha asegurado que aunque el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, defiende y valora la libertad de expresión consagrada en la Primera Enmienda de la Constitución, "es muy importante que las filtraciones no se toleren".

En otro momento, probablemente otros periodistas hubiesen excusado que la Casa Blanca tratara como un delincuente a un periodista de Fox News, despreciada en el gremio por ser un canal de derechas y encima de considerable éxito. Pero después del escándalo de las escuchas a AP, periodistas tan de izquierdas como Eugene Robinson denuncian que existe "un patrón que amenaza con redefinir el periodismo de investigación como una conducta delictiva".

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