El grupo mediático ESPN, propiedad de Disney y dedicado a las retransmisiones deportivas, decidió sustituir a quien iba a ser locutor del primero partido de la temporada del equipo de fútbol americano del College William & Mary de Virginia. El pecado cometido por el comentarista fue llamarse Robert Lee, como el general y comandante en jefe de los ejércitos de la Confederación durante la Guerra Civil, y la cadena consideró que podría ser ofensivo para algunos televidentes tras los sucesos de Charlotesville, donde una manifestación en protesta por la retirada de una estatua de Lee acabó en disturbios y el asesinato de una manifestante por parte de un activista de extrema derecha.
La cadena decidió enviar a Lee, de ascendencia coreana, a cubrir otro partido en Pittsburgh y sustituirlo por otro narrador llamado Dave Weekley, cuyo nombre les debió parecer más sensible y políticamente correcto a los jefes de la cadena, que ya han sido criticados en más de una ocasión por dedicar demasiados esfuerzos al adoctrinamiento político. Después de que a decisión se hiciera pública, enviaron un breve comunicado confirmándola y lamentando que "se hubiera convertido en tema de conversación". ESPN ha bajado en audiencia durante los últimos años debido principalmente al descenso de las suscripciones a televisión por cable y recientemente tuvo que despedir a más de un centenar de empleados.
No es la única propiedad de Disney con problemas por su excesos ideológicos. Pese al éxito de sus películas, las ventas de cómics de Marvel han caído en los últimos años coincidiendo con la ola de corrección política que llevó a presentar a una Thor mujer, a sustituir a Peter Parker por Miles Morales –de padre negro y madre puertorriqueña– como Spiderman, reemplazar como Capitán América a Steve Rogers por Sam Wilson –hasta ahora el Halcón, que fue el primer superhéroe afroamericano de Marvel– o meter a una mujer negra en el traje de Ironman. Los propios directivos de Marvel reconocieron que estos cambios han hecho descender sus ventas.