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Multitudinaria despedida al Papa en su última audiencia

Benedicto XVI ha celebrado su última audiencia en una plaza de San Pedro abarrotada. Se va, ha reiterado, "en plena libertad".

El papa Benedicto XVI afirmó este lunes, en su última audiencia, que "amar a la Iglesia significa también tener la valentía de tomar decisiones difíciles, teniendo siempre presente el bien de la Iglesia y no el de uno".

Benedicto XVI aseguró que ha renunciado al papado "en plena libertad", al notar que sus fuerzas han disminuido y no por su bien particular, "sino por el bien de la Iglesia". "Ha dado este paso sabiendo su profunda gravedad y novedad, pero con un ánimo sereno", dijo.

El Papa, que ha impuesto la bendición a los fieles en varios idiomas, también en español, ha dicho que no abandona "la Cruz", sino que se mantiene "de un modo nuevo en el Señor Crucificado, en el servicio de la oración permanezco".

"He experimentado que uno recibe la vida cuando la da. Muchas personas que aman al Señor aman también al sucesor de Pedro –ha agregado–. El Papa tiene verdaderamente hijos e hijas en todo el mundo y se siente seguro del abrazo de la comunión porque no pertenece más a sí mismo, pertenece a todos y todos pertenecen a él". Así, ha dicho que su decisión de renunciar no revoca el hecho de que un Papa no vuelve nunca al mundo privado.

También ha confesado que en estos últimos meses ha sentido que sus fuerzas disminuían y ha pedido a Dios, con "insistencia" en la oración, que le iluminase con su luz para concederle tomar la decisión "justa", no para su bien sino para el bien de la Iglesia. "He dado este paso en la plena conciencia de su gravedad, y también novedad, pero con una profunda serenidad de ánimo. Amar a la Iglesia significa también tener la valentía de tomar decisiones difíciles, de sufrir", ha dicho.

Interrumpido en múltiples ocasiones por los aplausos de quienes le escuchaban, el Pontífice ha recalcado, además, que "Dios guía su Iglesia, la apoya siempre y, sobre todo, en los momentos difíciles". En este sentido, ha invitado a no perder nunca esta visión de fe, que es la única verdadera visión del camino de la Iglesia y del mundo".

"El Señor nos ha dado tantos días de sol y brisa ligera en la que la pesca era tan abundante, pero también momentos en que las aguas estaban agitadas y el viento soplaba a la contra, como ha ocurrido en toda la historia de la Iglesia, pero siempre he sabido que en aquella barca estaba el Señor. Siempre he sabido que la barca de la Iglesia no es mía, no es nuestra, es suya. El Señor no la deja hundirse y la conduce a través de los hombre que ha elegido", ha remarcado.

Al inicio de su última catequesis, el Papa ha improvisado unas palabras para agradecer la presencia de "tantos" fieles y ha señalado que está "verdaderamente conmovido" y que ve a "la Iglesia viva". A lo largo de su discurso, también ha mostrado su gratitud "a Dios por sus dones, y también a tantas personas, que con generosidad y amor a la Iglesia, le han ayudado en estos años con espíritu de fe y humildad", al igual que "el respeto y la comprensión con la que han acogido esta decisión importante, que ha tomado con plena libertad".

Pide a los fieles españoles que recen por él

"Nunca me he sentido solo al llevar el ministerio. El Señor ha puesto a muchas personas que me han ayudado y que han estado cerca de mi, sobre todo, vosotros, queridos hermanos cardenales, con vuestro consejo, amistad preciosa, empezando por el secretario de Estado, que me ha acompañado con fidelidad", ha añadido.

En su saludo a los peregrinos de lengua española, se ha detenido en particular a los grupos provenientes de España y de los países latinoamericanos y ha suplicado acordarse de él "en la oración", así como pedir por los cardenales "llamados a la delicada tarea de elegir a un nuevo Sucesor en la Cátedra del apóstol Pedro" y ha implorado "la amorosa protección de la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia".

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