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Papa Francisco. Año I

Primer año de Francisco como Papa. Su efecto de momento no se esfuma y está este primer aniversario de ejercicios espirituales con la Curia.

Primer año de Francisco como Papa. Su efecto de momento no se esfuma y está este primer aniversario de ejercicios espirituales con la Curia.

El 13 de marzo de hace justo un año una abarrotada Plaza de San Pedro recibía al 266 Papa de la Iglesia Católica, a un Pontífice marcado por la novedad. Llegaba el primer Papa americano, el primero jesuita y el primero llamado Francisco. Y además aparecía ante los fieles sin ser uno de los cardenales que aparecían en todas las quinielas.

De ese momento ya se ha cumplido un año y en este tiempo Francisco no ha dejado a nadie indiferente ni para bien ni para mal. Este Papa se ha convertido en un auténtico fenómeno mediático y ha suscitado tantos elogios en unos como recelos y antipatías en otros sectores.

Francisco es noticia a diario. Desde el primer día de su Pontificado en que acudió personalmente a pagar la pensión en la que había estado alojado antes del Cónclave. De ahí a las numerosas llamadas telefónicas a conocidos y fieles que le escribían. También sus gestos con desfavorecidos, enfermos y niños. Esta nueva forma de comunicar, tan latina, ha despertado el interés en el Papa de muchas personas con una fe tibia y también en el mundo agnóstico y ateo.

Muchos han puesto su esperanzas en este Papa. Unos para llenar las iglesias y otros con el interés de que desmonte los llamados "valores no negociables", lo que la Iglesia ha defendido desde su fundación. Sin embargo, este Papa se ha caracterizado por desconcertar a propios y extraños y aunque sus formas son novedosas en la esencia no defiende otra cosa que lo que siempre la Iglesia ha dicho y hecho pues en muchos asuntos se asemeja a un párroco de toda la vida.

La revolución que muchos auguraban deberá esperar. El Papa no ha cambiado la moral de la Iglesia sino la forma de presentar a esta Iglesia. Aunque sí se ha tomado muy en serio la reestructuración en el seno del Vaticano. Atendiendo a las peticiones que se hicieron en el Consejo de Cardenales previos al Cónclave, en el que se vio la gran preocupación con los escándalos en el Vaticano, ha tomado numerosas medidas. Está creando comisiones, secretarías para dar un giro a esta situación y para ello ha creado el ya conocido como G-8, el consejo de cardenales de todos los continentes que le están asesorando en esta reforma de la Curia.

Las medidas de Francisco

Otra de las incógnitas que se presentaban cuando Francisco apareció por el balcón de San Pedro era cómo sería la convivencia con Benedicto XVI ante el miedo a una especie de bicefalia. Al final ninguno de los temores se han confirmado. Más bien al contrario. El Papa emérito ha sabido ocupar el lugar que le correspondía y se ha mantenido en un segundo plano rezando por su sucesor. Tampoco Francisco ha querido relegarle sino que le ha ido a visitar y le pide consejo para esta nueva misión al frente de la Iglesia Católica.

Lo que sí es novedad con Francisco ha sido la "deseuropeización" de la Iglesia. Este Papa más que ningún otro ha pretendido hacer universal la Iglesia, quizás influido por su nacionalidad. Ha prestado más atención a otros continentes que a Europa, se ha centrado en las "periferias" existenciales y geográficas. Hasta el momento no tiene previsto ningún viaje por Europa mientras que sí ha viajado a América y ya tiene otro viaje programado para Oriente Medio y Corea del Sur.

Francisco habla. Habla mucho. Y los medios lo recogen. Constantes palabras sobre el amor, el perdón, el pecado, con su estilo tan claro ha hecho mella en muchos fieles y obispos de todo el mundo han constatado que existe un "efecto Francisco". Más gente en los templos y en los confesionarios, uno de los puntos de los que más habla este Papa.

No sólo halagos para Francisco

Pero también su excesiva exposición mediática le ha granjeado más de un quebradero de cabeza. Cada día se producen noticias sobre el Papa por sus numerosas intervenciones espontáneas tanto en sus homilías en Santa Marta como en sus discursos y entrevistas con varios medios de comunicación lo que inexorablemente ha provocado que en ciertos asuntos haya generado cierta confusión.

Algunas expresiones o frases del Papa Francisco durante este año han sido malinterpretadas, sacadas de contexto o sencillamente no explicadas lo suficiente, lo que ha llevado a la especulación sobre sus palabras en asuntos como el aborto, el matrimonio homosexual y otra serie de temas más relacionados con la política.

Del mismo modo, no han sido sólo halagos los que ha recibido Francisco en este año. Justo tras su elección como Papa fue acusado reiteradamente de haber colaborado con la dictadura argentina, algo que rápidamente fue desmontado.

Pero ha sido su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium sobre la nueva evangelización por lo que ha recibido más críticas, llegado a ser tildado de "marxista" por sus propuestas sobre economía en las que criticaba el liberalismo y el mercado a la hora de explicar los males de la humanidad en el siglo XXI. Muy preguntado por este asunto, el propio Papa ha negado en varias ocasiones ser marxista al ser una "ideología equivocada".

Su balance hasta el momento es demoledor. Es el líder mundial más buscado y citado en internet con gran diferencia sobre el resto. Lo que parecía que sería una moda pasajera tras la elección papal parece mantenerse en el tiempo. Dios dirá si el "efecto Francisco" se mantendrá. Mientras tanto, vive estos días frenéticos de su aniversario en plenos ejercicios espirituales a 30 kilómetros de Roma junto al resto de la Curia vaticana.

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