En medio de la polvareda mediática que había levantado la posibilidad de que el presidente del Gobierno compartiera mesa y mantel con el dirigente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, Mariano Rajoy canceló la cena y abandonó la cumbre entre la Unión Europea y África en la que participó durante toda la tarde.
Fuentes gubernamentales justificaron la inesperada ausencia de Rajoy en que "no se trataba de una cena de trabajo", sino de protocolo, y en que tenía que preparar varias reuniones bilaterales que mantendrá este jueves con Mozambique, Mali o Tanzania para, entre otras cosas, reclamar cooperación para gestionar los flujos migratorios u que "la emigracións sea una opción y no una opción de supervivencia"
Nada -salvo las bromas entre el personal de protocolo sobre la coincidencia de la cena con un partido del Real Madrid- hacía presagiar durante la tarde que Rajoy fuera a dar esquinazo a su incómodo compañero de mesa. De hecho, el propio presidente del Gobierno al llegar había justificado ante la prensa que se sentaría y hablaría con el dictador por ser "su obligación". Pero en el último momento, cámaras de televisión captaron al presidente saliendo a pie y hablando por teléfono del edificio del Consejo, tras lo cual, fuentes oficiales se apresuraron a justificar la "espantá" presidencial tras motivos de trabajo.
Precisamente, su tarea como presidente del Gobierno de España no le impidió saludar en los márgenes de la cumbre al mandatario de Guinea Ecuatorial en la misma semana en que el dictador había atribuido su presencia en Bruselas a la mediación del Rey Juan Carlos I, algo que tanto Zarzuela como el propio presidente Rajoy habían desmentido.
Rajoy y Obiang se habían convertido en compañeros de velada, según la versión de Moncloa confirmada por fuentes europeas, por meras "cuestiones lingüísticas". "Es lo habitual", justificaba a LD una fuente implicada en la preparación de estas citas con países ACP (África, Caribe, Pacífico).