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Los nacionalistas tendrán que compartir grupo con UPyD y C's en Bruselas

Tras intentar vetarlos, los nacionalistas ven ahora su agenda separatista relegada a un subgrupo creado para discutir esos temas

Los eurodiputados de UPyD y Ciudadanos ya son miembros de la familia liberal en el Parlamento europeo, pese al voto en contra de los nacionalistas que ya formaban parte del grupo y con los que ahora deberán convivir. Después de unas negociaciones de infarto, durante los que los partidos recién incorporados han tenido que hacer frente a una campaña de desprestigio primero, y, en el último minuto, a que los nacionalistas colaran en el manifiesto del grupo un genérico reconocimiento al derecho de los pueblos a decidir su futuro, dicha convivencia no empieza con buen pie.

Los nacionalistas tachan a sus nuevos compañeros de grupo de "antidemocáticos" y Ciudadanos responde acusándoles de "guerra sucia" y amenazando con llevarles a los tribunales por haber calumniado a Javier Nart. El caso es que los nuevos compañeros de grupo no arrancan con el mejor pie su andadura parlamentaria.

Tanto los nacionalistas como los "leales con el orden constitucional", como se autodenominó el diputado de UPyD Francisco Sosa Wagner, se presentaron tras las negociaciones de último minuto como ganadores de la batalla. Si Ramón Tremosa, de Convergencia, aireaba el triunfo político de haber colado una referencia a "la libre decisión de los pueblos" en un manifiesto del grupo, los partidos recién incorporados restaron importancia a una mención que, sin embargo, les mantuvo hasta el último minuto con rictus preocupado y discutiendo acaloradamente cada coma a las puertas de la reunión.

"Esas referencias no nos afectan lo más mínimo", explicaba Juan Carlos Girauta, de C’s, al final de las negociaciones, argumentando que dicha referencia tramposa remitía a un manifiesto de la Internacional Liberal, y que, por tanto, no altera la agenda del grupo. "No tiene ninguna relación con nuestra entrada", explicaba en cambio, Sosa Wagner, que, no obstante, aseguraba que el grupo, del que ahora sí forman parte, puede introducir cambios para solventar sus objeciones. Lo que sí recogió la declaración oficial del presidente del grupo es una nueva referencia al artículo 4.2 de los Tratados de la UE, recordando que la UE "asegurará la integridad territorial de sus Estados".

Al margen de las versiones desde ambos lados de la trinchera, lo más revelador fue quizá el tono de hartazgo –y casi de guasa- empleado por el presidente del grupo, Guy Verhofstadt, que ejercía de árbitro al recordar que éstos son asuntos a resolver por el Gobierno español. "Lo siento, les pido disculpas, yo amo a España, a todas sus regiones y a los españoles, pero ésta no es una cuestión europea, no es nuestro trabajo dirimir esto", exclamaba ante la prensa española a la salida de la reunión.

Nacionalismo arrinconado

Además, se ha creado un subgrupo (técnicamente, grupo de trabajo), en el que los nacionalistas ven reconocidas sus pulsiones separatistas y que, en la práctica, en cambio, arrincona, en cierto modo, sus reivindicaciones a un foro prácticamente de consumo interno. Lo que se habla en el citado grupo de trabajo al que pertenecerán los nacionalistas no trasciende a la agenda del grupo y, por tanto, saca el proceso soberanista de las prioridades políticas. "Todos los miembros tienen libertad de expresión, y aquí podrán tener la libertad de desarrollar sus tesis e ideas", explicó el belga Verhofstadt reiterando la voluntad del grupo de aparcar el tema y devolverle la pelota a la Generalidad.

Con todo, Verhofstadt, en sus intentos por hacer guiños a uno y otro lado, y lograr mantenerse como tercera fuerza política en la Eurocámara, reiteró su apoyo al presidente Mas ante posibles ataques. "No me gusta que mi amigo sea víctima de ningún ataque", declaró el belga sin especificar de qué amenazas hablaba.

"Guerra sucia"

Tras varias semanas en que los diputados de ambas formaciones recién incorporadas han sufrido una campaña de desprestigio por parte del diputado Ramón Tremosa, el eurodiputado Juan Carlos Girauta anunció que su compañero de filas, Javier Nart, presentará acciones legales por lo que entiende han sido difamaciones del nacionalista en sus intentos por vetar a su partido.

La pertenencia de estos partidos al grupo parlamentario liberal no es una mera cuestión de matemática parlamentaria o equilibrio de fuerzas en la cámara europea. Al contrario, para estos recién incorporados partidos, tener un paraguas parlamentario significa más dinero, más voz en el arco parlamentario y más posibilidades de liderar debates (siendo ponentes de informes que se reparten en el seno de los grupos). Además, en la cocktelera de los no inscritos -que el eurodiputado Sosa Wagner conoce muy bien después de cinco años compartiendo pasillo y cartel de verso suelto con la francesa Marine Le Pen- militarán en esta legislatura compañías tan poco recomendables como los partidos neonazi de grecia (Amanecer Dorado) o Alemania.

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