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La Policía halla 'indicios' de que Lubitz sufría problemas psíquicos

La pasada noche concluyó el registro en las dos viviendas de Lubitz, en Düsseldorf y Montabaur.

La Policía alemana concluyó este jueves por la noche, tras varias horas, el registro de la casa en Düsseldorf del copiloto de Germanwings, Andreas Lubitz, que estrelló el avión, y también la casa familiar en la pequeña localidad de Montabaur. Según las imágenes difundidas, los agentes sacaron de la casa bolsas y cajas. La Fiscalía, tras un examen de los documentos, ha informado de que demuestran que el piloto estaba de baja médica y se lo ocultó a la empresa.

Los registros fueron ordenados, en colaboración con las autoridades francesas, por la fiscalía de Düsseldorf para reunir "documentos personales" del copiloto que ayuden a esclarecer los motivos que le pudieron llevar a estrellar el avión.

Der Spiegel, citando fuentes de la investigación, había informado esta mañana de documentación que apuntaría a un trastorno psicológico. El Bild va más allá: habla de una crisis "profunda" y una posible ruptura con su novia. El británico The Times aporta más datos: Lubitz fue "suspendido durante meses" por Lufthansa en su etapa de formación, en 2009, y tenía un historial de depresión por "una crisis existencial". Acusaba a la compañía de estar al tanto.

En la prensa alemana, se suceden las informaciones sobre la vida de Lubitz en un intento de entender qué es lo que llevó al piloto, de 28 años, a estrellar el avión contra los Alpes.

Foto de Andreas Lubitz en Facebook

Lubitz había comenzado su formación en 2008 y se formó en la escuela de pilotos de Lufthansa en Bremen y después en Phoenix, Arizona. El presidente de la compañía explicó que había pasado todas las pruebas para pasar a formar parte del equipo de pilotos y que era "cien por cien" apto para el puesto. También contó que en su formación se había producido una interrupción que habría durado unos meses, algo que, contó, no es infrecuente. Der Spiegel afirma que la interrupción se debió a una depresión que superó y tras la cual continuó sus estudios.

Las pesquisas también se centran en el entorno de Lubitz. Su familia va a ser interrogada y se ha desplazado al lugar del accidente.

Retrato de un joven normal

Mientras, los vecinos relatan sus impresiones a la prensa local, que ofrece el retrato de un joven normal al que describen como "feliz" con su trabajo de piloto en Germanwings. Die Zeit y el Sueedeutsche Zeitung recuerdan cómo era considerado como un héroe en la ciudad hasta que se conocieron los detalles de las cajas negras y cómo desde el club de vuelo sin motor del que formaba parte contaron que su "sueño era volar" y que había luchado "muy duro" para conseguirlo.

En su retrato, Die Zeit recuerda cómo quería ser piloto desde su adolescencia y cómo empezó a formarse a los 14 o 15 años, según compañeros de dicho club, que le recuerdan como un hombre "muy simpático y divertido". "No era un solitario, tenía muchos amigos y estaba integrado", recuerdan en su ciudad. También hablan de él como un chico "encantador", "feliz" y "muy orgulloso" con su trabajo. Entre sus aficiones, dicen, estaba el deporte -había corrido maratones- y la música electrónica.

El local Passauer Neue Presse incluye el testimonio de otro conocido que habla de "obsesión" con volar y cita un testimonio que define al joven como "un friki que quería ser piloto como fuera".

El Frankfurter Allgemeine Zeitung fue el primero que apuntó a problemas psicológicos, citando a una amiga del joven, que relató que sufrió una depresión hace años que le había llevado a tomarse un tiempo de descanso en su formación. La chica lo vio en Navidades y lo encontró totalmente normal: "No puede haber sido planeado".

Por otro lado, la prensa germana continúa especulando con las circunstancias del accidente. El Bild afirma, citando fuentes de seguridad, que el piloto, tras abandonar la cabina por razones fisiológicas, trató de derribar la puerta con un hacha.

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